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The Minnesota Redemption

Actualizado: 4 oct 2024


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Purple Rain

Faltan 3’ 50’’ para finalizar el tercer cuarto. Los Minnesota Vikings avanzan por el emparrillado, someten a los Texans con un contundente 7-21. A priori, el enfrentamiento era complicado, tenían mucho que demostrar. La gran e inesperada victoria la semana pasada contra San Francisco no puede quedar en una anécdota, tienen que demostrar que no es flor de un día, aunque mucha gente los mira con incredulidad, sino con desdén.


Tras la salida de Kirk Cousins y la season-ending injury de J.J. McCarthy, aunque qb rookie, ha trastocado los planes de los de Kevin O’Connell. Le toca al ya veterano y rebotado de unos cuantos sitios, Sam Darnold, bajo enormes dudas, liderar el equipo esta temporada, cuando se suponía que era sólo un qb puente para ayudar a asentarse al de Michigan. Sorprendentemente, todo le está saliendo a pedir de boca.


Volvemos al campo, los Vikings dominan de cabo a rabo el encuentro a ambos lados del football. 2ª y 10, Darnold, que juega sus mejores minutos como profesional, en shotgun, Aaron Jones, que lleva una tarde excelente, a su lado, dos receptores en el lado izquierdo, uno en el derecho. Motion del TE Mundt al lado izquierdo, nadie le sigue, Texans en zona, como casi todo el partido, están con two high safeties, comienza la jugada, no hay receptores abiertos. Jones atraviesa solo la LOS. El balón va para él justo en el momento que el ex Viking Hunter placa a Sam abajo, por detrás, flag, roughing the passer.


Darnold de mala manera, con las piernas atrapadas, cayendo, se ve impulsado hacia atrás (¿recuerdan la triste muerte del Sargento Elias en Platoon, mientras los helicópteros se alejan y suena el adagio de Barber?). Se levanta, cojea, se tira en la hierba. De repente se hace el silencio entre el antes ensordecedor público de las Twin Cities. El corazón en un puño en el U.S. Bank Stadium. ¿Quién no se está preguntando que está pensando el QB en este instante? ...venga, levántate, venga hombre, ahora no, Dios, justo ahora no, tengo que seguir…le hacen pruebas, y como siempre, corte publicitario por lesión. Nos dejan completamente acongojados.


Vuelve la señal, vemos que Sam ha salido por su propio pie del campo directamente a la blue tent. Mullens sale para sustituirlo por el momento, el silencio se grita por las cuatro esquinas del estadio. La jugada es de carrera, acaba en nada y, de repente, vemos a Darnold correteando por las sidelines, ponerse de nuevo el casco y salir al campo. Lo que sucede a continuación, puede ser un punto de inflexión en la carrera del QB.…la gente rompe en aplausos, la ovación más grande del día, la grada está en pie reconociendo el trabajo de esta antigua estrella de USC, pick tres de su draft elegido por los Jets, que desde entonces, nunca ha encontrado su sitio.


Esos aplausos, esos cánticos caen como lluvia púrpura empapándolo todo, dejando a Sam Darnold completamente calado. Sólo le falta abrir los brazos para ser Andy Dufresne que, tras 19 años de penalidades, sufrimientos, vejaciones, esfuerzo y trabajo, mucho trabajo, atraviesa el túnel que lleva paciente y afanosamente excavando día a día, año tras año, tras el póster de la famosa actriz del momento, Rita Hayworth, Marilyn y, finalmente, Rachel Welch, en su celda. Ha comprobado el terreno, ha elegido el momento, esa noche tormentosa tiene que ser su oportunidad.


Finaliza sus últimas tareas, se comporta exactamente igual que el resto de los días, nadie nota absolutamente nada, ni Morgan Freeman, quién si no, él otra vez!!, que nos va contando con su grave y parsimoniosa voz como se ha arreglado este tipo para preparar su evasión. Tim Robbins sale de su túnel, al final del módulo, atraviesa la prisión por los huecos de las instalaciones y llega a la tubería del desagüe. Aprovechando los truenos la golpea en la oscuridad, rota por los rayos que iluminan pálidamente su rostro, con una dura piedra; una, dos, tres veces, hasta lograr agujerearla.


Cabe un hombre a duras penas, arrastrándose, deslizándose por 500 yardas, cinco campos de football, casi un tercio de milla, casi media vida de mierda y porquería, apestando, llega por fin a la libertad en medio del diluvio. Se quita la camiseta, abre los brazos, lavado, crucificado, redimido… mirando al cielo, deja que las gotas de lluvia le quiten los últimos grilletes. Son como el confetti del campeón, como la cerrada ovación que el respetable le está dispensando a Sam Darnold en la ciudad del artista antes conocido como Prince.

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Lo que está pasando en el terreno de juego no se explica sólo por el buen hacer de este renovado QB. Sí, conseguirá 4 TDs de pase, está jugando serio, concentrado, con pocos errores, entendiendo lo que tiene que hacer en cada momento, trabajando el pocket, haciendo sus progesiones hasta encontrar el receptor abierto…ni siquiera la ofensiva en su conjunto, y eso que la tarde de Jones, de Justin Jefferson (sobre todo la primera parte) o de Nailor es más que notable, nos ayuda a entender este cambio. Es la defensa, una monstruosa defensa que se ha ido mostrando cada jornada que pasa más peligrosa. Y detrás de ella, a la sombra, se encuentra otra figura capital en este momentoque viven los Vikes: Brian Flores.


Purgatorio

Al igual que Sam Darnold ha estado penando por distintos equipos estos últimos años, el DC de Minnesota tampoco lo ha tenido fácil últimamente. Brian Flores, como saben, creció y se desarrolló a las órdenes de Bill Belichick en los Patriots. Allí, siendo los dos unos pipiolos, coincidió con el HC Kevin O’Connell, entonces QB rookie, el año de la lesión de Tom Brady, en 2008. Después de ir escalando en la jerarquía del staff técnico de New England, tuvo la oportunidad de ser HC en Miami. Esos tres años ni fueron un desastre, ni tampoco un éxito, no consiguió clasificar a los Dolphins para playoffs.


Pero lo peor no es eso, ni mucho menos. Posiblemente, lo que más se recuerde es la procelosa gestión de su QB rookie, Tua Tagovailoa, en el que parece que nunca creyó. Aún hoy en día este caso proyecta sombras amenazantes que persiguen a Flores allá donde se encuentre. En agosto, en una entrevista, el QB de Miami definió a Flores como una persona terrible que le hizo la vida imposible, generando dudas en sí mismo por su falta de confianza, trato duro y exceso de críticas. Fitzpatrick, por ejemplo, al ser preguntado por estos comentarios, respondió que él vivió una experiencia completamente distinta a la de Tua. Los jugadores de Minnesota respondieron a estas declaraciones apoyando a su DC en la rueda de prensa posterior.


Añadan a todo eso la demanda presentada, y que aún colea, contra la propia NFL, los Broncos, los Dolphins y los Giants por discriminación racial. En lella también añadía que el propietario de los Dolphins, Stephen Ross, le habría ofrecido dinero por perder partidos, vamos, tanking de toda la vida, para obtener el pick más alto posible en el draft, y por realizar tampering (negociaciones con jugadores con contrato antes del periodo permitido) para el fichaje de un QB veterano.  Diversos medios hablaban de que incluso podía ser el mismísimo Tom Brady.


Cuando fue despedido por los Dolphins no era la persona más querida por las gerencias de la NFL. Mike Tomlin le ofreció su ala protectora y en los Steelers encontró refugio, seguridad y una manera distinta de gestionar un roster NFL, mientras observaba al bueno de Tomlin.


Su segunda oportunidad llegó de la mano de O’Connell en 2023. Kevin forma parte del árbol del esquema Shanahan. Trabajó a las órdenes de McVay en LA como OC. Pues bien, Brian Flores, como decíamos, del árbol de Belichick, es la kryptonita de los integrantes de este árbol. Ya en Miami tenía un record de 6-1 contra los Kyle Shanahan, Sean McVay, Zac Taylor y cia. En Minnesota no ha dejado de ganarles. Por cierto, el OC de Texans, Bobby Slowik también forma parte del gran árbol de Shanahan, en concreto directamente del de su hijo Kyle. Este injerto entre ramas de ambos árboles podría dar lugar a un fruto hermoso y florido.


En un año la defensa de Vikings pasó de ser la 24, a ser la 11. A pesar de todo, tenía muchos claroscuros, no era constante ni equilibrada, tan pronto usaba tres al rush, como se veía obligado a realizar blitzes, que tan acostumbrados nos tiene Flores, con hasta seis defensores, por la falta de presión. Faltaban ingredientes en la receta.

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The pretender

La defensa que tiene en mente Flores utiliza el engaño, el caos, la agresividad, la versatilidad para confundir al adversario. Es asfixiante y camaleónica (Purdy la catalogó de loca la semana pasada, y otros antes que él, de salvaje). Es un juego mental, un combate psicológico implacable, incesante, contra la ofensiva, el QB y su OC. Para construirla se necesitan jugadores inteligentes, polivalentes y muy físicos…y un poco locos, porque no decirlo.


El GM Kwesi Adofo-Mensah, O’Connell y el propio Flores estuvieron buscando la manera de encontrar este tipo de jugadores en la offseason. Así firmaron, entre otros, al edge rusher Greenard, al LB Cashman y al OLB Van Ginkel. Los dos primeros vienes precisamente de los Texans y, el último, el rubio melenas, es un viejo conocido desarrollado por Flores en los Dolphins. Para ello, se deshicieron, por ejemplo, de una de sus estrellas, el DE Danielle Hunter, que hizo el camino inverso a Houston. Un poco de Moneyball nunca está de más. Éstos se unieron a los veteranos y asentados del equipo: Harrison Smith, Byron Murphy, Patrick Jones, etc. Y no se olviden de Dallas Turner, que no jugó el domingo, el edge rusher rookie de primera ronda. Una buena mezcla de veteranos y noveles.


Durante la offseason y el training camp, Flores hizo hincapié en la polivalencia. Los edge hacían de DLs, los LBs de edge. Los CBs de safeties y éstos de CBs. Todo el mundo hablaba el mismo idioma. Todos aprendieron a realizar un poco de todo. Por ejemplo, entrenando el pass rush, los entrenadores guiaban a los jugadores a atacar un carril específico del rush. Luego, los defensores cambian de posición y aprendían el opuesto, y así con todas las posibilidades. El objetivo, que todos en un momento dado, pudieran jugar en cualquier lugar.

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Con el paso de estas tres jornadas ya hemos visto cómo se las gasta esta defensiva. Lo que se ve presnap, nada tiene que ver con la realidad postsnap, una formación en single high safety puede acabar siendo, yo qué sé, un Tampa 2…defensores que caen, otros que suben, técnica en zona para ejecutar marcaje al hombre, etc…líneas en 3-point-stance, en 2-point stance, unas cargarán y otros no… agrupados todos en un lado y el ataque viene por el otro, señuelos, stunts…¡¡líneas sin DTs!!!, formaciones en dime (Spagnuolo relamiéndose), tres safeties que son pero no lo son ¿pero esto qué es?. Cada semana te cambian el guion… ¡qué narices! durante el propio partido. Flores no tiene miedo de salir de su zona de confort e intentar cosas nuevas, de ser creativo.


Una de las jugadas que me tiene loco, es aquella que realizan con una presión de ocho en la línea, y sólo 3 DBs, al hombre, que pueden estar, para más inri, sólo en un lado del campo. Te están gritando cover 0, te van a tirar hasta las zapatillas encima. Me recuerda a la canción de Foo Fighters The Pretender. En el video se puede ver a una línea de agentes antidisturbios a punto de cargar contra la banda. La letra parece hablar del juego mental al que somete Flores a un QB, que parece mantener un diálogo consigo mismo y con sus pesadillas.


Permítanme retorcer un poco el sentido de la letra, que no la literalidad: “Soy la voz de tu cabeza que te niegas a escuchar. Soy lo que queda, lo que está bien, soy el enemigo, soy la cara a la que te tienes que enfrentar que refleja tu mirada. Soy la mano que te derribará, poniéndote de rodillas...pero ¿quién eres?, sé que eres un impostor”...Seguro que, como dice el estribillo, todos piensan que superarán el reto, que no son como los demás, que nunca se rendirán…y escondido en las sombras, mientras intentas descifrar la defensa, te llega el sack, ya estás atrapado. De la línea de 8, pueden quedar 3 al rush y caer los otros cinco en cualquiera de las combinaciones imaginables, cover 2, cover 3…pero la próxima vez será diferente, no lo verás venir, habrán visto tu primera reacción, un punto débil, y lo aprovecharán en su beneficio cuando menos te lo esperes.


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Fénix

El partido, por cierto, apenas duró hasta el primer drive del tercer cuarto, cuando los Vikings marcan el tercer TD de pase de la tarde. Sólo había que ver la cara del QB joven más prometedor de esta liga. C.J. Stroud no podía creer lo que le estaba pasando, la que le estaba cayendo, un diluvio muy distinto al anterior. Su cara de incredulidad, de impotencia, de agonía, cual Cristo en la cruz, durante la segunda parte, cuando ya ni siquiera se jugaban nada, pero aun así no paraba de ser zarandeado por Greenard, por Van Ginkel, por Jones, etc, era todo un poema. Cinco sacks, tres de Greenard, dos intercepciones, presión constante...Al final, un inapelable 7-34 en el electrónico. A la joven estrella se le vio por primera vez como lo que no deja de ser realmente, un sophomore, aunque no lo parezca. La clase de Stroud nos ha enamorado a todos…y bueno, la semana que viene, volverá por sus fueros seguro, no siempre tendrá enfrente semejante desafío.


En definitiva, la ovación cerrada a Sam Darnold debe ser también para Brian Flores, los dos la merecen con creces. Han llevado carreras similares estos años y, por fin, han empezado a ver la luz al final del túnel. Darnold y Flores, Flores y Darnold, sintieron en su piel este domingo la lluvia púrpura redentora, los pétalos de rosa del coliseo vikingo… fueron los verdaderos protagonistas de esta doble Minnesota Redemption, de esta inopinada resurrección, de ese tipo de historia que la gente nunca se cansará de ver ,y con las que nunca dejará de emocionarse...todos creemos merecer una segunda oportunidad. El Ave Fénix resurge de nuevo en un espectáculo pirotécnico majestuoso, refulgente, de sus cenizas. El ciclo eterno no puede dejar de repetirse, unos mueren para que otros nazcan. Nuestros dos protagonistas se encuentran ahora en esa playa de Zihuatanejo. Realmente, es justo en este momento, donde verdaderamente comienza su aventura.

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