El Maestro
- tbradgarner
- 5 sept 2024
- 22 Min. de lectura
Las bicicletas son para el verano
Decía Fernán Gómez, con mucha razón, pero por otros motivos, o quizá no del todo, que las bicicletas son para el verano. Tiene que haber un momento al año en el que todo vuelva a ser sencillo, en el que uno puede dedicar ese concepto tan relativo y escurridizo como es el tiempo a lo más básico, que seguramente sea lo más esencial, aunque durante más de 11 meses lo perdemos de vista. En román paladino, el árbol muchas veces no nos deja ver el bosque.
Es en esa quietud, ese no tener que hacer algo, esa sensación de tiempo congelado es lo que permite fijar la mirada en lo que tenemos todos los días a nuestro lado y no vemos. Simplemente el color del cielo al amanecer o al atardecer, una luna llena saliendo del horizonte, una lluvia de estrellas o preguntarse si ese lindo pajarillo negro caído de su nido construido en el tejado encima del jardín, con cabeza en forma de casco y alas como un boomerang (ojo, principio y fin) que desplegadas son como la reencarnación de Batman, pero que ahora es incapaz de volar, es una golondrina o un vencejo, nos pueden permitir ver las cosas con otra perspectiva, algo parecido, pero no tan radical, a lo que le pasa a Louis al convertirse en un no muerto en Entrevista con el Vampiro; sus nuevos ojos ven un mundo cambiado pero que sigue siendo el mismo, y en sus palabras almibaradas, como es él, dice que es un vampiro recién nacido que lloraba ante la belleza de la noche. Los viejos filósofos griegos, con su capacidad de abstracción, desde luego, estarían encantados.
Pues bien, andaba yo en esas cavilaciones entre golondrina o vencejo cuando comencé a pensar en las similitudes y diferencias del college y del pro football. Ya, aparentemente es fácil, es obvio, palpable, todo está ahí, delante de nosotros en la TV. Pero habría que hablar de su distinta idiosincrasia, estructura, fundamentos, de sus vasos comunicantes, de los nichos aislados, de lo que los hace únicos, de lo los une, de sus distinto desarrollos...
Por supuesto esto daría para varios artículos, porque habría que definir términos, separarlos, clasificarlos, relacionarlos y dar con una respuesta que satisfaga cada una de las preguntas que se quieran responder. Hay que pensar que algunas respuestas si están bien fundamentadas, si ayudan a dar un paso hacia adelante, si nos ayuda a vislumbrar más el horizonte, llevarán a más preguntas que aún ni soy consciente de ellas. Trabajo largo, meticuloso, sistemático, profundo y difícil, mucho.
Demasiado para agosto, demasiado para el que escribe. Y ya os digo, si las bicicletas son para el verano, el football lo es para el otoño; aunque sea una de mis grandes pasiones, procuro, en estos días tranquilos del fin de la larga travesía del desierto que es la offseason, dedicarme a otros asuntos para cargar las baterías ante el inminente comienzo caudaloso y proceloso de la temporada.
Pero el cebo estaba el anzuelo y la semilla plantada, mi mente había pasado del lindo pajarillo a esa evolución, en este caso de la ofensiva, que llevamos viendo en la última década larga debido a sucesivas innovaciones introducidas desde el college que han modificado lo que podemos llamar, grosso modo, ofensiva pro style. Pero, antes de nada, tendemos que ponernos en contexto.
Retorno a los clásicos
Desde el mismo momento que empecé a ver el football hay dos ideas que me obsesionan, y si no los he comentado antes, cosa que estoy seguro de que he hecho jejeje, es buen momento parar reformularlos. Son dos clichés, obvios, pero me ayudan a entender ese complejo deporte.
Para ilustrar la primera idea usaré el boxeo como metáfora sacada de una escena de Million Dollar Baby. Ha quedado grabada en mi retina desde el momento que la vi. Nos encontramos en una sala prácticamente oscura, lo poco que se puede ver es gracias al pálido reflejo de la TV, que está emitiendo un combate. Vemos a ese viejo entrenador Frankie Dunn, de vuelta de todo en la vida (aunque la vida siempre te depara sorpresas, como se daría cuenta más adelante), cuyo rostro, dibujado por el claroscuro de la sala, tiene esa mueca tan eastwoodiana, apretando los labios con la mirada fría, clavada en su objetivo. Le vemos sufriendo y contorsionándose en el sofá, adelantando los movimientos que uno de los púgiles va a acometer. La secuencia viene acompañada por la grave voz de Morgan Freeman, que mientras el combate sigue los pasos de Frankie, pausadamente, hasta el paroxismo parece, nos describe lo que es el boxeo, y el football, añado yo: “El boxeo no es un acto natural. Porque todo en él es al revés. Si quieres moverte a la izquierda, no das un paso a la izquierda, empujas con la punta del pie derecho. En vez de alejarte del dolor, como una persona normal haría, avanzas hacia él.”. Solo digo que cambien boxeo por football, lo demás está todo dicho.
La segunda idea es que no hay deporte donde el dilema de la manta corta se vea reflejada de una manera tan nítida, tan transparente como en el football. En cada snap asistimos impotentes al frustrante ejercicio de ocupación del espacio de nuestros queridos 11 jugadores, sea el equipo de ataque o el de defensa. No se puede cubrir el emparrillado, no puedes hacer todo a la vez, o la cabeza o los pies, pero todo no lo puedes tapar. No queda otra que ir de farol; engañar, embaucar, fingir como sea. Decía Sun Tzu, que sirve para un roto y un descosido…calienta que sales, querido Tzu, que la guerra (como el football) es el arte de engañar. Pues eso.
Tesis, antítesis y síntesis
El proceso dialéctico permite la comprensión (o un acercamiento mayor) de la verdad, de la realidad mediante tres etapas: la formulación de una teoría inicial, la tesis, una contraria, o antítesis, y finalmente, conseguir mediante la confrontación de ambas, una síntesis donde se formulen las bases de un nuevo sistema de ideas. El avance del football, ya sé que me pongo pedante, que quieren que les diga, pero lo pienso así, no escapa tampoco a este proceso.
La NFL durante muchas décadas fue una liga orientada y fundamentada en la carrera. Desde los años 70 podemos decir que se establecieron varios tipos de ofensiva, o más bien, sistemas o filosofías de ataque, que vinieron a superar el poderoso juego de carrera, ese smashmouth offense en el que se basaba la NFL hasta entonces, donde el backfield estaba lleno de backs, y pusieron los cimientos de la actual pass-happy league.
Podemos definir como formación base de aquel entonces la pro set, o split-back, con dos RBs, uno de ellos FB, un TE, es decir, personal 21, con dos WRs. Una formación balanceada para la época, que puede correr, pero también es muy flexible para el juego de pase.
Establezcamos como pistoletazo de salida, en buena medida, la regla de 1978 que impedía el contacto con el receptor cinco yardas después de la línea de scrimmage (LOS), el illegal contact. Es obvio que la liga ha sido orientada hacia el pase porque el aumento proporcional de éste se traduce en una mayor anotación, más big plays, más highlights, más audiencia y, por consiguiente, el aumento de dinero.
Air Coryell
En este contexto aparecerá nuestro primer sistema de ideas, perdón, quiero decir, nuestro primer sistema ofensivo, que superará el juego terrestre: el sistema Air Coryell. Lleva el nombre del entonces HC de los Chargers Don Coryell. Su idea básica, su esencia es la de tratar de estirar el campo y la defensa verticalmente mediante el uso intensivo del juego de pase, profundo, sobre todo.
El espacio es el mejor amigo, es el que crea las ventanas de pase, y también, por oposición, los pasillos de carrera, o poder realizar jugadas underneath, al tener la defensa que vigilar las zonas profundas. Por supuesto debes tener un juego de carrera, o la amenaza de uno… recuerden los dos cliches.
Para poder ejecutar semejante juego de pase, recuerden la pro-set, ahora cambiemos un back por un nuevo receptor, sea WR o TE. Con 2 RBs, el strong safety (SS) siempre se emparejaba con el TE, y el free safety era libre de ayudar donde decidiera, ahora, tenía un receptor más al que vigilar, y si a eso le sumas, el uso intensivo de motion presnap de uno de ellos, el ataque sabía si la defesa estaba en zona o al hombre. Con qbs inteligentes como Dan Fouts era un arma muy potente. Pero no era fácil jugar de mariscal en este sistema: lecturas, brazo potente, lanzar bajo presión, aguantar los golpes, precisión…casi nada. Lógicamente la sincronización y el ritmo son clave.
Al alinear un montón de receptores abiertos, estiras horizontalmente la defensa presnap, y después con tu juego profundo, la estiras verticalmente postsnap. Siempre en busca del hueco, del agujero que permita derrotar una defensa. Como les gustaba tanto mover a los receptores, era común verlos en un mismo lado del campo, y posteriormente si veían que la defensa era en zona, sus rutas (que también tenían opciones según leyeran la defensa) inundaban una de ellas para que los defensas dudaran y hubiera siempre una opción abierta.
Sólo quiero añadir que este sistema tuvo la idea de usar a los TEs no ya sólo casi exclusivamente como bloquedores, sino más bien como receptores, incluso en rutas de WRs, desde el slot, abierto o en motion. Ahí contaba con una superioridad física a explotar.
Coryell nunca llegó a ganar un anillo con sus Chargers, aunque era uno de los equipos más sexys de ver. Eso sí, los Redskins de los 80, los Cowboys de los 90 y los Rams del Greatest Show on Turf usaron este sistema. El metal ganado y las ideas que se siguen usando hablan claro de esta ofensiva. Ya tenemos nuestra tesis.
West Coast Offense
¿Quién no se acuerda de sus primeros libros, sus primeras películas y series? ¿Y La primera victoria de tu equipo? las primeras veces marcan a fuego…la infancia es el patio en el que jugamos toda la vida, somos lo que aquello formó. Su recuerdo es indeleble y lo impregna todo…podríamos seguir hasta el infinito… pero, en definitiva, ¿quién no recuerda a los 49ers de Bill Walsh?
Walsh montó aquel equipo fundamentándose en al archiconocida West Coast Offense (WCO). La teoría clásica dice que hay que establecer el juego de carrera primero, pues bueno, la WCO dice justo lo contrario, es decir, “pass first, run later”. Pretende estirar la defensa horizontalmente (antítesis) y así habrá más huecos que la carrera puede explotar, carrera que sigue usando en un principio dos backs, pero que también pueden recibir un pase.
Además, si consigues tener una ventaja temprana en el marcador basada en el juego de pase, podrás gestionar el tiempo y el marcador mediante la carrera. Walsh le encantaba tener un guion de las primeras jugadas, de los primeros ataques, llegaba hasta tener claramente definidas hasta las 25 jugadas para tener el momentum desde un principio.
Como no se requieren pases muy profundos, lo normal es que el QB haga un dropback de 3 o 5 pasos, haga las lecturas y el pase rápidamente, al contrario que en otros sistemas donde tienes que dar tiempo a tus receptores a llegar a zonas profundas. Requiere una sincronización entre todo el ataque y una sintonía QB-WR que para nada es fácil de adquirir. El playbook es muy extenso y el play calling, el audible, bastante enrevesado.
Para evitar el pass rush interior debido al uso masivo del dropback pass, es clave es mover de vez cuando a tu QB al exterior, por ejemplo, mediante un sprint out, lanzando desde fuera del pocket. Tienes que despistar a la defensa, lo que convierte a la play action en una jugada totalmente imprescindible que rompe el ritmo del ataque, pillando a la defensa desprevenida. Como decía Walsh, el pase dropback controlará el tempo y la play action marcará el TD.
La confusión es clave en la WCO, mismas formaciones que ejecutan jugadas diferentes, alineamientos contrarios al objetivo final, es decir, si quieres pasar abierto, los WR se disponen cerca de tu OL y viceversa, rutas cruzadas, slants, flats.
En fin, repito y resumo, aquellos 49ers son como ver de nuevo a Michael Knight pulsando el turbo boost de Kitt, como ver fumarse el puro de la vitoria a Hannibal Smith, sabiendo que los planes han salido bien, como ver el salto al hiperespacio del Halcon Milenario, o como escuchar la sintonia de John Williams mientras Indy se alejan camino del sol poniente. Es imposible no recordar todo esto sin tener la piel de gallina, forma parte hasta de la partícula más microscópica de nuestro ser. Seremos niños eternamente, o eso espero.
Erhardt-Perkins
Ron Erhardt y Ray Perkins fueron coordinadores y coaches que trabajaron entre otros muchos sitios en los 70 en New England y en los 80 con los Giants. Contrataron y trabajaron con futuras leyendas como Parcells y Belichick, que, junto con Walsh, no se me ocurre un trio de Bills mejor. Pero al igual que Chandler en aquel episodio de Friends donde fingía ser un inexistente Toby, Parcells nunca fue Williams, asumió ese nickname al ser también confundido, en este caso con otro compañero, una y otra vez en High School.
A lo que iba, estos dos entrenadores eran partidarios de la vieja smashmouth offense, resumida por la cita de Erhardt “pasa para marcar, corre para ganar”. Establece carrera y, de vez en cuando, ejecuta la play action, vamos. Pues bien, este sistema, es el origen de la dinastía de los Patriots de Belichick y Tom Brady y su OC Charlie Weis, que tuvo mucho que ver en su evolución.
Esta ofensiva, como digo, ligada a los Patriots intrínsecamente, muto al igual que el equipo mutaba. Durante 20 años de tiranía los Patriots jugaron a prácticamente todo sustentados en el eje Belichick-Brady. Aprovechaban y explotaban todo resquicio que las defensas dejaran.
Esta ofensiva, por tanto, dejó de ser tal, esa capacidad de adaptación era una filosofía en sí misma y necesitaba de una metodología y un lenguaje, no se trata de una manera particular de atacar. Buscaron la manera más eficaz, fácil y veloz de interiorizar y transmitir una jugada para que la ofensiva fuera la más rápida, flexible, adaptativa y camaleónica posible. Aquellos Patriots era capaces de realizar un ataque no huddle a la velocidad del rayo, cruzando el campo en un santiamén, no permitiendo a las defensas pensar y siendo completamente indescifrables.
Para ello en lugar de individualizar cada movimiento, cada elemento del ataque, los agrupaban en conceptos. Por ejemplo, el concepto ghost estaba formado por tres receptores (daba igual quien corriera esas rutas), el más exterior correrá ruta go vertical, el más interior una ruta flat, y el del medio una out tras unas 10 yardas en profundo. Cada lado del ataque ejecutaba un concepto por lo que el QB podía gritar un par de palabras y todo el equipo estaría preparado. Fueron prácticamente inalcanzables 20 años. La síntesis.
Hoy en día las ofensivas de la NFL incorporan elementos de todos los sistemas, por lo que hablar que alguien pertenece a tal o cual sistema, no deja de ayudar a entender lo que puede proponer, pero no lo explica todo.
La luz cegadora
Volviendo a mi hamaca veraniega, con un sol abusador apabullando por doquier, un cielo azul rutilante, el canto hipnótico de las cigarras y las piruetas aéreas de los pájaros, os comentaba que sin querer me había dado por pensar en la época en la que la NFL empezó a tomar prestadas características de las ofensivas del college.
De los 75k jugadores en la universidad, sólo el 1,6% de ellos llegaran a formar parte de un roster NFL. Son dos mundos diferentes marcados por la edad y físico de sus jugadores y la estructura de las ligas. Todo sistema pro requiere de jugadores muy preparados mental y físicamente, con experiencia y madurez. Esto se suple en college con simplicidad y creatividad.
La presión en los equipos profesionales ha aumentado, se buscan jugadores que rindan casi de inmediato, sin ese periodo de adaptación necesario. Eso crea las circunstancias necesarias para esta pequeña revolución.
Y en esto estaba cuando me vino a la mente que un entrenador retirado tenía 5 pupilos suyos en los últimos playoffs, 4 ejerciendo como HC y otro como OC. Pero analizando su árbol, y las sucesivas ramas de este, se puede comprobar el impacto tremendo que ha tenido moldeando la liga. Estoy hablando de Mike Shanahan, HC de los mejores Broncos, deslumbrando lo que puede ser lo mejor de su legado, que vino acompañado con resultados mediocres, vaya paradoja, con Redskins.
Cocinero antes que fraile
Mike Shanahan es conocido sobre todo por los 14 años, de 1995 a 2008, en los que el head coach ganó 2 Super Bowls con el mítico John Elway, rompien una racha, tanto del equipo como de su QB, de 3 finales perdidas. Aquel equipo también es recordado por el prodigioso RB Terrel Davis, un 6ª ronda que en sus 4 primeros años de los 7 de su exitosa y corta carrera corrió lo que quiso y más como, si se le hubiera abierto el Mar Rojo. Cada uno de estos dos hall of famers fueron MVP respectivamente en esas SBs y sus imágenes son icónicas.
Para dominar la naturaleza primero se debe aprender a obedecerla, decía Guillermo de Baskerville (parafraseando a Francis Bacon) a su pupilo Adso de Melk al comienzo de El Nombre de la Rosa. Todos hemos sido principiantes y todos hemos tenido que aprender. Shanahan había estado en Colorado previamente en los 80 como OC, donde coincidió con el OL coach Alex Gibbs, importante como veremos, al que se llevó a los LA Raiders, donde Shanahan, ya HC, salió bastante mal parado tras enfrentamientos continuos con el propietario Al Davis.
Después del periplo angelino volvió inmediatamente a Denver y, posteriormente, fue contratado por los 49ers para ser OC del HC George Seifert, el DC y sucesor de Bill Walsh. Seifert continuó con el legado de Bill ganando otros dos anillos y perpetuando la WCO. Por cierto, la primera de las dos, la última de Montana, fueron contra los Broncos de Elway siendo Shanahan su qb coach. Tras su paso exitoso por SF retornó una tercera vez a Colorado donde saboreó las mieles del éxito.
Como decía, lo normal en esta vida es ir cargando el zurrón con las enseñanzas que uno buenamente se va procurando. No se te va a aparecer un caballero de la nada como Juan Sánchez Villa-Lobos Ramírez, espadero mayor de su majestad imperial el rey Carlos I de España para darle los buenos días, y ya que pasaba por aquí, le informo que usted es inmortal, estoy a su servicio y he venido a enseñarle el azaroso trabajo de cortar cabezas ya que sólo puede quedar uno. ¡¡Ay, Ramírez!! Si vieras en que se ha convertido el mundo. Mike Shanahan reconoce que su filosofía la fue construyendo como una hormiguita, con trabajo, por todos los lugares por los que pasó. Pero vamos a destacar los dos fundamentos de su ofensiva.
Por un lado, Shanahan y Gibbs montaron el esquema de bloqueo Wide (o outside) Zone (WZO). Esta manera de bloquear para correr es bastante peculiar y requiere que la OL al unísono arranque y se mueva de manera síncrona hacia el lado por el que va a ir la jugada. Bloqueas al primer hombre que tengas de ese lado y, si no lo tienes, continuas para apoyar a tu inmediato compañero o a con el primer del segundo nivel que ponga en peligro la jugada por tu paso. Este flujo lateral repentido tiene como objetivo estirar el front seven contrario horizontalmente generando huecos que el RB pueda aprovechar con un corte. Aquellos Broncos corrían como como tales, unas bestias hermosas y salvajes por las llanuras de Colorado camino de la victoria. Shanahan fue un experto en seleccionar corredores y OLs, más pequeños, rápidos y atléticos, en rondas bajas ,ya que sus perfiles no eran tan demandados, que le funcionaban a las mil maravillas. Está manera de correr es una filosofía en sí misma, Mike siempre ha dicho que tienes que crear realmente en ella, trabajar todos los días, no desfallecer para conseguir ser un experto, y una vez en ese punto…pues ya sabéis: Moises y el Mar Rojo.
La segunda pata del banco es la WCO, los principios que asimiló en SF de Seifert y Mike Holmgren (al que le ganó aquella primera SB siendo Holmgren HC de los Packers de Favre la noche del helicóptero de Elway). En fín, como ya la hemos visto, no me extiendo más, solo comentar que la propia WZO tiene el mismo principio horizontal que la WCO y que la solución de ruptura que comentaba Walsh es la misma…estíralos lo máximo que puedas y, cuando tengan la lengua fuera siguiéndote, clávales un cuchillo profundamente con la play action. A veces la hoja más afilada no basta para vencer; hace falta...equilibrio, decía Ramírez. Presenta la misma formación una y otra vez, pero ejecuta distintas jugadas, no sabrán ni de donde le vienen los golpes. ¡Cabalgad, galopad, galopad hasta la desolación y el fin del mundo! A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar!!
Los mosqueteros
En medio del camino de la vida me vi perdido en una selva oscura, la buena senda y la andadura errada, perdida, cuando el alma vagaba adormecida. Este potente comienzo de la Divida Comedia puede explicar lo que Mike Shanahan pudo sentir tras pasar los años dorados de Denver. Después de ganar el segundo anillo en 1999, estuvo 10 temporadas más en Colorado, se clasificó 5 veces para playoffs, pero de los 6 partidos jugados, sólo ganó 1. En 2008 Shanahan fue despedido y seguro que se vio en esa selva oscura.
Si recuerdan los Intocables, Eliot Ness llegaba a una Chicago dominada por Al Capone e inmediatamente se dio cuenta de que no podía confiar en nadie, ya que todo estaba manchado por la mafia. En este caso, el destino le puso en las manos del duro, viejo y buen policía Jim Malone que le dijo que, si en el cesto sólo había manzanas podridas, habría que ir al árbol a buscarlas. Mike, fuera porque se encontraba cansado, porque las ideas ya no fluían con la frescura de antaño, fuera por lo que fuese, se tomó un tiempo. Meditó, estudió lo que tenía a su alrededor y, siendo una persona pragmática como era, tuvo la brillante intuición de que necesitaba savia e ideas nuevas. Un paso para atrás para coger impulso y comenzar su último baile, los Washington Redskins.
La primera manzana que se encontró en el árbol fua a su propio hijo Kyle Shanahan, que para eso el árbol era suyo pensarán algunos. Nada más lejos de la realidad, Kyle imploró en el pasado muchas veces a su padre para que trabajaran juntos. Mike le respondió que tenía que cumplir varios requisitos: ser OC en otro equipo, llevar el play calling y, finalmente, quedar su ofensiva en el top 5 de la liga. Kyle no tardaría mucho, con apenas 30 años y tras 2 años en Houston de OC, cuyo HC era Gary Kubiak, el OC de Shanahan en Denver, ya lo había conseguido.
Su padre le dio un gran consejo a Kyle antes de empezar a trabajar en su primer puesto de asistente en Tampa Bay con John Gruden antes de su aventura texana…aprovecha tus primeros años, al comienzo nadie sentirá que vienes a quitarte el puesto, no te verán como competencia, siéntate, pregunta, escucha, te ayudarán encantado. Y más aún, se te da boen el ataque, no? pues ahora céntrate sobre todo en el staff defensivo, pégate a ellos, sé una esponja, aprende todo lo que puedas, y más si cabe…recuerdan la cita de Guillermo de Baskerville, no?...el viejo Mike además no olvidaba que al frente de esa defensa estaba Monte Kiffin, padre de la famosísima Tampa 2, todo un gurú defensivo.
En Houston Kyle coincidió con un joven y brillante asistente que, como Kyle, previamente también había jugado al football. Se llevaron muy bien desde el principio, curioso, meticuloso hasta casi la paranoia, capaz de detectar un error en cualquier jugada. Apuntaba maneras, su nombre, Matt LaFleur. Le acompañaría también a Washington. Compartió con él el consejo de su padre. Eso valdría su peso en oro. Por cierto, lo compartiría más veces, con los que de verdad pensaba que podían tener madera de entrenador. Matt tendría un trabajo complicado, sería el qb coach en esta aventura.
El tercer mosquetero era natural de Colorado, había sido recogepelotas de los Broncos, imagínense lo que admiraba a Shanahan, gran estudiante en Yale, exjugador también, cumplía con el perfil intelectual también de los otros. Llego como interino a Denver en 2005, y después coincidió con Kyle en Houston, donde se lo recomendó Robert Saleh (por tanto, la defensa le interesaba también) que se había fijado antes en él. Mike McDaniel antes de ser el entrenador que pone jugadas de moda en la NFL fue el asistente de Kyle y WR coach.
El cuarto mosquetero, como no, tenía que ser el más joven y sorprendente. No me podía romper la metáfora este aspirante a D’Artagnan. Apenas contaba 24 años y se dejaba barba para parecer mayor. Venía de no se que equipo de la UFL, aunque antes había estado también de asistente con Gruden en Tampa. Una auténtica mente brillante que también había jugado al football, con una memoria prodigiosa, capaz de recordar aleatoriamente jugadas de partidos pasados sólo con haberlos visto una vez o jugadas de un playbook cualquiera. De él, al poco de llegar, siendo aún TE coach, Shanahan en rueda de prensa les dijo a los medios que ese chico, que parecía el waterboy, iba a ser un futuro head coach de éxito en la NFL. Imagínense la cara del respetable, pensando que el viejo Shanahan no estaba ya capacitado para entrenar, mientras les señalaba a aquel casi adolescente desconocido llamado Sean McVay.
La gente alrededor del equipo no entendía nada, cómo es que a estos veinteañeros que deberían estar trayendo el café les habían encargado construir una ofensiva, y no sólo eso, sino una nueva que tuviera en cuenta todas las innovaciones que vieran interesantes, aunque eso no lo sabían. Pero en cuanto los conocían veían que eran unos genios. Muchos veían similitudes con empresas de Sillicon Valley. Una anécdota ilustrativa; al comienzo Mike Shanahan estudiaba cintas de sus ayudantes viendo cintas. Quería ver por donde le salían.
Se solían reunir en cafés y bares construyendo con saleros, botellas, vasos, etc sistemas ofensivos que luego se veían reflejados en el playbook. Déjenme que recuerde el momento que a los Intocables de Eliot Ness les hacen esa foto tras una redada exitosa en un restaurante, felices como niños sabiendo que ese momento durará para siempre.
Durante el cierre patronal de 2011 dedicaron toda la offseason a juntarse y a probar ofensivas contra defensas de todo tipo, intentaban todo lo que se les ocurría. Reconocen que su conocimiento se había ampliado exponencialmente aquellos meses.
La prensa peyorativamente les llamó The Fun Bunch, en contraposición a aquel grupo de receptores de los Redskins de principios de los 80...parecía demasiado jóvenes y además los resultados de los Redskins no eran buenos. Pero eso fue el germen del QB Collective, el grupo que actualmente forman todos ellos (Shanahan incluido) más los que se han ido uniendo a sus árboles, donde aplicando su filosofía y las nuevas tendencias, tratando de desarrollar QBs y ofensivas en categorías inferiores. Hoy en día se les puede ver, reunidos felices, comiendo alrededor de una mesa que hace de emparrillado en cualquier restaurante.
La Academia
La NFL solía ser una liga conservadora. Los cambios llevaban su tiempo. Por otro lado, se pensaba que las estrategias del college no encajarían, se tendía a desarrollar lo ya conocido. En general, los cambios se acometen cuando no hay más remedio, haciendo de la necesidad virtud. Y la necesidad se presentó bajo la forma de capricho del propietario de los Redskins Dan Snyder.
En el draft de 2012 se le metió entre ceja y ceja el QB de Baylor Robert Griffin III, estrella universitaria que aupó a Baylor en su último año a cotas no recordadas. Era un QB con una velocidad y fuerza de brazo impresionante, un dual threat de manual, que ahora son mucho más comunes. Aparte de eso, Snyder también lo vio como una operación de marketing; Washington tiene un alto porcentaje de población afroamericana por lo que traerse a RG3 era una operación obvia.
Para conseguirlo hipotecó la franquicia: intercambió su 6ª elección por la 2ª de los Rams, aparte de otro pick de 2ª ronda y las dos primeras rondas de los años siguientes. Mike Shanahan tenía otras preferencias pero no pudo hacer nada. Durante la offseason se dieron cuenta que tenía muchas carencias: no sabía leer las defensas, tenía deficiencias en la mecánica de lanzamiento, en el ritmo, no se sabía moverse en el pocket y no tomaba, por tanto, buenas decisiones. Si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma. Había que trasladar a la NFL el estilo que dominaba RG3, es decir, traer la popular en college spread option, es decir spread offense más read option. No era algo buscado, calculado, era casi desesperación.
La spread offense parte de disponer un alto número de receptores muy abiertos, incluso 5, sin RB, que correrán diferentes rutas, estirando el campo lo máximo posible. Además, el QB se suele situar en shotgun, de 5 a 7 yardas detrás del center, desde el que puede dominar y ver todo el campo fácilmente, con el RB, si lo hay, a su lado.
A su vez, el juego de carrera se fundamenta en la read opción. Imagínense, tienes a tu RB a tu izquierda, le presentas el balón desde shotgun, a la vez estás leyendo lo que hace el DE del extremo derecho, a tu izquierda, al que no cubres con ningún OL o TE. Si éste empieza a seguir el camino del RB tu te quedas la pelota y corres a tu izquierda pillándole a pie cambiado. Si se queda en su sitio, handoff a tu RB que correrá a la derecha. Si hay una tercera opción, por ejemplo, un WR en el backfield en motion (de derecha a izquierda, en este caso), por detrás de ti, puede ser una última opción de carrera si te ves comprometido: la zone read. Una sóla lectura, pero una que puede destrozar por sorpresa una defensa. Sencillo y eficaz. Lo que se pretende para un QB y una ofensiva universitaria.
Viendo mucha cinta de Baylor, de Tebow con los Gators, de Newton con Auburn, etc fueron creando un cuerpo de jugadas sustentadas en los principios de Shanahan, la WZO más la spread option. Usaron a RG3 en shotgun pero sobre todo en pistol, más cerca del center que la 1ª, para que el RB, el rookie Alfred Morris (temporadón) partiera detrás de él en carrera recta y a mayor velocidad. De esta formación idearon una play action fundamentada en que RG3, justo en el momento de hacer el fake, daba ya un paso hacia delante repentino para el pase. Incluso llegaron a realizar las primeras RPOs (run pass options) en la liga, en los que el QB lee en el segundo nivel a los LB, y puede decidir hacer el handoff o un pase rápido sobre una slant de uno de sus WR.
Comenzó la temporada, el equipo daba espectáculo, highlights, pero tenía altibajos. Kyle decidió que tenía que sintetizar aún más la ofensiva a RG3, que sufría. Le pidió sólo leer una parte del campo y tomar una decisión, es decir, simplificar y simplificar…y el equipo hizo clic. Siete victorias seguidas. El problema es que RG3 tampoco se cuidaba, nunca había realizado el qb slide y se negaba a lanzar el balón fuera en caso necesario, es exponía demasiado. Se acabó rompiendo, y sería la primera de un rosario de lesiones. Renqueante llegó a playoffs, donde cayeron a las primeras de cambio. A pesar de todo, nada parecía lo que era, fue el OROY por encima de Luck o Wilson y era la estrella emergente más grande de la liga. Lo coocía todo el mundo y salía en todos los anuncios imaginables.
La siguiente temporada, la 2013, la última de Shanahan fue un desastre. RG3 fue usado por el propietario alentándole y dejándole hacer lo que quiso. Hinchó el ego del jugador, ya de por sí abultado. RG3 llegó a reunir al staff técnico exigiendo jugar desde el pocket ya que creía que tenía calidad suficiente. Shanahan subió y se enfrentó a Snyder…pero de nada sirvió. Tenían un calendario para ir desarrollándolo, pero sus avances eran más lentos de lo esperado. Intentaron adelantarlo, pero empeoró todo y, además, se siguió lesionando. Al final tuvieron que tirar de Kirk Cousins, que con buen ojo habían drafteado en 4ª ronda también el año anterior.
La prensa y la afición echaron todas las culpas al cuerpo técnico, pensaban que habían malogrado a RG3, que le sacaban sin estar recuperado, que no le beneficiaban en su juego…entonces no sabían que era todo lo contrario. Shanahan fue despedido y nunca más entrenó, no pudo tener el final que se merecía. Su hijo Kyle no puede quitarse eso de la cabeza. También echaron a la calle a todos sus ayudantes, salvo a McVay, que se quedó con el nuevo HC, Jay Gruden, desarrollando a Cousins.
Washington nunca fue consciente de lo que tenía entre manos. Mcvay y Kyle fueron contratados en 2017 como HCs y revolucionaron la liga a todos los niveles. Hoy en día hay 13 HCs y 17 OCs del árbol de Shanahan y sucesivos…búsquenlos que están. Kyle ha llegado 3 veces a una SB, McVay otras dos, la última, la que ganó, contra Zac Taylor, que fue ayudante suyo previamente. Sólo dos colosos como Brady (y Belichick) primero y Mahomes (y Reid) después, les han frenado. Son la alternativa.
Aqaba
Pero lo más importante es que se ha acabado la offseason. Esta noche, por fin, comienza de nuevo la NFL. El kickoff entre Ravens y Chiefs es todo un partidazo donde veremos como normales tácticas que hace años, sólo veíamos lo sábados. Lawrence está en Aqaba, se acabó la larga travesía del desierto. Démonos todos la enhorabuena por haberlo conseguido un año más. Disfrutemos de más de 5 meses de espectáculo garantizado porque esta liga es la pera limonera. Por cierto, por si se lo preguntan, cuidamos de aquel pajarillo caído, un vencejo finalmente, al que llamamos Baty, y que finalmente consiguió volar. Hoy tengo en el rostro la sonrisa de un niño, la sonrisa de Ramírez montando a caballo por las playas de Escocia, como aquellos Broncos de Shanahan cruzando el Mar Rojo, volando cual vencejos camino de los cielos, donde nos devolverá la sonrisa mi admirado y querido Sean Connery. Gracias por todo maestro.



















Comentarios