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El Viaje del Héroe

Actualizado: 31 ago

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Southampton

“La llegada de Rodgers ha transformado a los Jets en un contendiente serio, la ciudad de New York está lista para una temporada memorable…Rodgers ha transformado a los Jets de una promesa en una amenaza real...Con Rodgers al mando, los Jets tienen la oportunidad de volver a la relevancia en la NFL… Los Jets han adquirido a un líder que puede guiar a la franquicia hacia la grandeza, Rodgers es el catalizador que necesitaban, están listos para competir contra cualquiera…Con Rodgers al timón, los Jets tienen una oportunidad real de cambiar el rumbo, de ganar la Super Bowl…”


Dejaba en mi último artículo a AR saliendo de una especie de cueva en Oregón en febrero de 2023. Ahora estamos en los días previos al lunes 11 de septiembre (¿no había ningún augur, ninguna Casandra que avisara?) del mismo año: Monday Night Football, week1, en el MetLife Stadium de New Jersey. El estreno de Aaron Rodgers con los Jets. Y todo eso y bastante más se decía aquellos días de vino y rosas, de grandes esperanzas en los mentideros.


Les hablaba hace unos días de Prometeo, el titán, ¿recuerdan? Pues bien, un 10 de abril de 1912 desde el puerto de Southampton, otro titán, otro ejemplo de grandeza en todos los sentidos, ambición, confianza y altas expectativas comenzaba su singladura entre la algarabía y la felicidad de toda la ciudad. Despedían al ciclópeo gigante de la White Star Line, un inmenso transatlántico orgullosamente insumergible (ni siquiera Dios podría hundirlo) de la clase Olympic (¡cómo no!) Miles de pañuelos, gorras, sombreros, lo que se pudiera ondear, para un hasta luego eterno.


Los remolcadores, a plena potencia, luchaban desesperadamente intentando arrastrar a semejante férreo animal, como el viejo Santiago. Viejo de verdad, todo en él lo era, salvo sus ojos, del color del mismo mar; rutilantes, retadores, orgullosos. Estaba el pobre hombre en el Caribe tirando de aquel gran Marlín, rematadamente solo, contra el Océano y la bestia, contra las fuerzas más poderosas y peligrosas, con sólo su cuerpo y su cerebro por armas, y un corazón de Ulises.


De repente, las enormes hélices del buque comenzaron a girar, a girar y a girar, una y otra vez. Las altas chimeneas empezaron a expulsar los densos penachos de humo directamente de los descomunales pulmones de la nave. La ruidosa bocina, finalmente, avisó de la partida, elevando aún más si cabe el jolgorio del gentío. Nada podía salir mal. Destino: New York.

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Terranova

Faltan 5 minutos para las 20:15 del 11 de septiembre de 2023. Salen al ruedo los búfalos bajo la pitada del respetable. Y justo después, la noche se hace en el estadio, sincronizándose con la vida real que continúa su ritmo afuera. Miles de pequeñas estrellas verdes se encienden de las muñecas del público, un microcosmos entero nace mientras que el speaker, el heraldo local, prepara el terreno. De los inmensos altavoces empieza a salir el sonido de un riff poderoso de guitarra; machacón, repetitivo, pero gloriosamente ejecutado por el eterno querubín del pantalón corto y la cartera colegial, mientras que el coro aúlla en espera de la tormenta. La electricidad corre por todo el campo, por las gradas, lo invade todo. El señor del Rayo, desde los cielos, no tarda en darle al personal lo que pide: su propio símbolo, seguido del trueno que sale del bombo de la batería, dando comienzo a una lluvia de fuegos de artificio esmeralda. Todo se ve, se huele y se siente esperanza en New Jersey esa noche.


El bombo y el bajo son el tren que transporta la emoción y la expectación mientras los corazones bombean, al mismo ritmo, la adrenalina a todos sus miembros.  En el momento oportuno sale el equipo local como auténticos aviones. El MetLife es una bomba a presión, falta alguien. Justo cuando el rayo vuelve a golpear el emparrillado, el heraldo anuncia la llegada del nuevo paladín local. Cámaras a sus lados, el estadio en penumbras, las estrellas fulgiendo en los graderíos del coliseo neoyorkino, el equipo y la afición haciendo un pasillo en su honor.


Aaron Rodgers hace acto de presencia, con la Stars and Stripes en mano (9/11, es el día) dejando una de las imágenes más icónicas de su carrera. Como Kevin Costner de punta en blanco antes de bailar con lobos. Como el malogrado Heath Ledger, qué Dios tenga en su Gloria, en Destino de Caballero trotando a justar. Como un caballero andante con el pendón de su reino, altivo, enorme, invencible, como el Cid saliendo de los muros de Valencia para entrar en la leyenda. Como Aquiles esperando por Hector. Como el Titanic, surcando los mares congelados y negros del Atlántico Norte. Confiado, seguro de sí mismo, rodeado de fieles que le seguirían hasta la maldita boca del infierno si fuera preciso.

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Y entonces, cuarto snap del partido, apenas han pasado 20 segundos de AR como Jet. En shotgun, desde el backfield Dalvin Cook corre una flat, sus receptores parecen ejecutar un mesh concept cruzándose entre las hash marks, justo después de que Aaron eleva la cabeza para ver el panorama. Una jugada rutinaria más. El LT Duane Brown pierde el equilibrio inmediatamente en su forcejeo con el edge Leonard Floyd, dejando el paso franco. Rodgers no tiene escapatoria, intenta girarse, primera mala idea. Floyd le agarra, ambos acaban el círculo de la peonza, ganando velocidad. AR se resiste a caer, segunda mala idea. Floyd usa todo su peso para derribar la res, que en su agonía apoya el pie izquierdo con todo su peso, ansiando la liberación: la flecha de Páris guiada por Apolo le atraviesa…No hay nada que hacer, sack de Floyd que lo celebra con alegría.


La tragedia ya ha ocurrido, aunque nadie lo sabe, salvo quizás nuestro protagonista: sal ratita, quiero verte la colita. Rodgers, en medio del griterío del estadio se levanta, cojea, se para, brazos en jarra mirando a las sidelines. Nadie es consciente aún de la magnitud de lo que está por llegar. Como cuando el Titanic rozó el iceberg y la gente lo veía pasar a su lado, jugando incluso con los trozos de hielo que caían en cubierta. Sin más, Rodgers se sienta en el suelo, cayendo sobre su espalda. El velo es apartado y ya deja ver la realidad.


Silencio absoluto. Joe Buck y Troy Aikman callan de repente. No se oye ni el viento en East Rutherford. Un rugido sordo se ha extendido por las graderías. El tiempo se ha congelado por completo, ya no existe, mejor dicho. Está suspendido en una dimensión diferente, en una eternidad inmóvil, inerte. Parece que un agujero negro se ha tragado el estadio con sus espectadores y equipos dentro, como si fuera un gran gusano de Arrakis. Los hermanos Manning gritan acongojados: “He’s down, he’s down!” Rodgers se incorpora un poco, parece que pueda recuperarse, parece más enojado que dolorido, pero no. Llega la ayuda médica.


Se visualiza la repetición y se empieza a comprender el daño mientras definitivamente se llevan al QB a la blue tent. Rápidamente aparece el carrito y se lo llevan a vestuarios. Es una imagen devastadora, desgarradora. Peyton no puede evitar llevarse las manos a la cabeza en su retransmisión y a Eli se le ha quedado cara de…de Eli, ¿qué más les puedo decir?


Nunca tan alta expectativa yació derrumbada inerme y herida, en tierra, en tan poco tiempo. El héroe caía herido en su talón de Aquiles, la única parte del cuerpo no bañado por las sagradas aguas de la laguna Estigia, lugar de trabajo del barquero, el lugar por donde su madre, la nereida Tetis, la de argénteos pies, le agarraba mientras le hacía invulnerable.


Nadie podría haber imaginado semejante desenlace, nada más comenzar el viaje y en una jugada corriente. Como les decía en el primer artículo, ¡es tan propio de Rodgers pasar del vértigo de las alturas a los abismos abisales! Pero aquí el destino ha sido particularmente sádico. Un pecado muy grande ha debido cometer el QB. Da igual, ahora, como cuando la mar helada engulló en sus negras aguas al altivo titán en Terranova, ahora, como en las sombras de las orgullosas murallas de Troya, ahora, sólo después de veinte segundos y 4 snaps, ahora, reina el silencio.

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Hybris

Con la chapa que les di hace unos días me imagino que se acuerdan del viaje introspectivo e iniciático en el que se embarcó AR. Buscó la “muerte” de manera ritual, el renacimiento, la metamorfosis; se entra en un remedo del útero materno para, una vez “muerto”, renacer renovado. Bien, tengan esto en cuenta porque ahora los voy a llevar a Grecia; vaya sorpresa, ¿verdad?


Nos vamos al ombligo, al ónfalos del mundo, al centro del cosmos, donde todo comenzó. Ahí está el que se supone que es el útero de Gea, la Diosa Madre Naturaleza primigenia; la abuela de un tal Zeus. Estamos en Delfos (etimológicamente relacionado con utero), en la Fócida, en las laderas del Monte Parnaso. Allí es donde se encuentra el ónfalos. Y encima está colocada la piedra homónima.


Algunas leyendas dicen que es la que Rea, la hija de Gea, le dio a Cronos, su marido, en lugar de entregarle al hijo de ambos, el tal Zeus, como pedía el iracundo dios. A éste le había entrado el contagioso pánico de pensar que sus hijos podían derrocarlo; no se le ocurrió otra cosa que intentar devorarlos. De casta le viene al galgo. El propio Cronos, por causas similares, pero desde el otro lado de la barrera, tuvo que castrar a su padre Urano, dios de los Cielos primarios …cosas de divinidades, qué les voy a contar.


A lo que voy, cuando Zeus consiguió el cetro, hizo volar dos águilas desde cada uno de los confines del Universo y donde se juntaron, en Delfos, colocó la mencionada piedra. Resulta que allí custodiaba el lugar la serpiente Pitón, defensora del poder ctónico, telúrico, primordial que emanaba de ese sitio. Poco más tarde, Apolo, dios de la luz (luego hasta del Sol), las Artes, la Música, que representa el orden, la armonía, la razón…(dios polifacético donde los haya), se pasó por allí para tomar posesión de él. Venció a la serpiente y, desde entonces, detentó el poder en tal alto paraje. Allí estaba su templo…y el famoso oráculo.


Este mito es un efecto más del cambio de las ancestrales divinidades ligadas a la Naturaleza, a la tierra, a lo inmenso, ingobernable y desmesurado, a la fertilidad cíclica…a los panteones gobernados por los nuevos dioses: generalmente celestes, asociados al orden, la razón y la ley.

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No es más que el reflejo del cambio social y cultural más bestia sufrido por el Ser Humano: del cazador/recolector nómada, que depende de lo que la natura disponga, que vive en tribus o clanes pequeños y horizontales, a las sociedades agrícolas y ganaderas del Neólitico: sedentarias, enormes, que construyen imperios, pero éstos ya ordenados y jerarquizados mediante leyes. La recta deforma el círculo. Se busca un sentido, una finalidad en esos ciclos, cierta linealidad (aunque si tomamos distancia veríamos que se curva como la Tierra). En todas las culturas pasan a verse en sus mitos historias parecidas que legitiman el nuevo orden.


Cuando alguien venía a consultar sus cuitas al templo, la sacerdotisa Pitia (la primera se llamaba Sibila), heredera simbólica de Pitón, la intermediaria humana de los poderes primarios, en trance tras inhalar los vapores que emanaban de la grieta de la Tierra, transmitía los designios divinos. Pero cuidado con sus respuestas, eran ambiguas y había que ser muy sabio para interpretarlos correctamente, muchos erraron. ¿Se acuerdan del caballero y el cáliz de Cristo en la Última Cruzada? Edipo, Hércules, Perseo, Teseo…y más cercanos: Leónidas, Temístocles, Creso, Filipo II, su hijo el gran Alejandro, incluso Sócrates, se acercaron a esas colinas.


En dicho templo gobernado por Apolo hay dos lemas bien a la vista, en el pronaos, en la entrada. Son muy antiguos y reflejan bien el pensamiento griego: “Conócete a ti mismo” y “Nada en exceso”. Vienen al menos de los Siete Sabios de Grecia de la época arcaica, pero en puridad vienen de la vieja sabiduría proverbial y oral griega. En dicha cultura, donde los pecados capitales aún no tenían sentido, había una falta aún más grande, la hybris. Ahora la podemos traducir como arrogancia, orgullo desmedido, pero en origen era más bien desmesura, transgresión: querer traspasar los límites que le son impuestos a los humanos, querer ser un dios en la tierra. Siempre ha habido, hay y habrá estas dos fuerzas: lo apolíneo y lo dionisíaco. El propio Rodgers, como contaba en el primer artículo, no pudo compaginar ambos polos.


Esa falta de control de los impulsos parece que está más relacionada con los tiempos arcanos de la Gran Diosa que, precisamente, sancionan los nuevos dioses celestes. Adán y Eva y la manzana, Gilgamesh en busca de la inmortalidad, la Torre de Babel, Ícaro tocando el Sol, Aracne, la eterna araña castigada por Atenea por compararse a ella, Sísifo desafiando a la muerte, el horrible Tántalo que llega a matar a su propio hijo para desafiar a los dioses. Aquiles, Hércules y el propio Ulises, símbolo de la astucia, de manera parcial, temporal o puntual también la sufrieron...y cientos y miles más a lo largo de la Historia…y muchos sufrieron los castigos de los dioses, de una u otra manera.


El Titanic es un posible ejemplo moderno e ilustrativo…y ya puestos, Rodgers y los Jets en aquel verano del 23: ese hype, esas altísimas expectativas creadas alrededor de una franquicia que podría tener los pies de barro…pues yo digo que también puede ser un ejemplo de desmesura, independientemente de lo que AR sintiera y pensara en aquellas fechas.

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El Talón de Aquiles

La carrera de Aaron Rodgers había sido siempre sorprendente, incierta e impredecible; para bien o para mal. Pero el mazazo de la lesión del Aquiles a los 4 snaps de su primer partido como Jet, cuando mucha gente esperaba lo imposible, se salió de toda escala.


Llevándolo a mi terreno, Rodgers había vuelto la vista a ritos ancestrales, asociados a culturas antiguas, atadas a la tierra, y a sus fuerzas incontrolables. Queriendo matar el ego y las emociones negativas que generaba, liberándose de ese implacable perfeccionismo, ese corsé que no le dejaba respirar, esa especie de camisa de once varas, puede que activara resortes que darían rienda suelta a otro tipo de pasiones, más antiguas, alineadas consigo mismo, pero desmedidas.


Al volverse a sentir un jugador de football sin límites, desatado, posiblemente quiso con todas sus fuerzas, concentrado toda su energía, volver por todo lo grande; desafiar cualquier precedente, hacer lo impensable, llevar a una franquicia desestructurada y, durante décadas, un compendio de fracasos, a lo más alto, y de un sólo paso. O puede que no, que sólo quisiera volver a jugar liberado, disfrutando y amando a este deporte, sintiéndose de nuevo un jugador feliz. Pero el tsunami que se levantó fue de aúpa: medios de comunicación, aficionados, mundo del football…esa hybris descontrolada pudo ser su perdición.


¿Cómo pudo sentirse el QB en esos momentos en los vestuarios? ¿que estaría pensando con casi 40 años?  Justo cuando creía que volvía con más fuerza, en otro equipo, con la alegría desbordándose por NYC…y va y se rompe el Aquiles. Me imagino que el retiro se le tuvo que pasar por la cabeza en más de una ocasión aquella larga noche. Esa edad y ese tipo de lesión, no era ninguna broma. Pero una vez recompuesto, un poco al menos, decidió centrar todas sus fuerzas en una pronta recuperación.


Reconocería en lo más duro de su rehabilitación que no creía del todo en el destino, en el determinismo. No estaba destinado que le pasara todo esto, no ahora, no justo en este momento. Y, si lo estaba, no se imaginaba el motivo. Había invertido mucho, le importaba demasiado; y se lo habían arrebatado en la cuarta jugada. Jamás había sufrido tanto emocionalmente.

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Soportó el dolor físico; siempre se jacta de que tiene un umbral de tolerancia alto gracias a sus padres, que le consideraban un blandito. Por tanto, desde bien joven había sabido lidiar con él. Una cosa es la molestia; otra, el dolor real.


Como un ciclo eterno, que se repite una y otra vez, los siguientes meses para AR volvieron a ser una lucha contra sí mismo. Física y mental. El ocho, su dorsal desde que dejó GB, tumbado, no es más que el símbolo del infinito…las viejas fuerzas. Llegó a decir una frase que me hizo pensar mucho: la esperanza es un recuerdo del futuro. No parece sólo una frase inspiracional normal, una meta, algo que tengas delante como acicate, era como si de verdad creyera en ese proceso cíclico de nacimiento, muerte y resurrección, y vuelta a empezar. Eso suena a determinismo Aaron. Contradictorio, pero real.


No tenía nada que demostrar a los demás, aunque tenía mucho que demostrarse todavía. Y se le agotaba el tiempo. Era angustioso. Pensaba en el MVP, en la Super Bowl. Podía ser una salvaje obsesión la suya, pero le era indiferente. Sus aspiraciones eran vencer al Padre Tiempo, las expectativas y a los pronósticos…no podía perderse en juegos mentales.


Era su gasolina diaria para no rendirse, que también es normal. Imagino que en su fuero interno creía que su cuerpo no sigue los límites de la biología, de la física. Si no se controlan esas ideas pueden hacerte perder el norte, pero bien canalizadas, puede ser positivas. Afirmó que necesitaba dejar espacio para los milagros, que pondría todo de su parte: manifestaciones, voluntad, acción, recursos, médicos…al menos así dejaría la puerta abierta.


Todo su ser se centró en la recuperación, en acortar los tiempos, en querer llegar incluso a jugar en su 40 cumpleaños, a las 11 semanas de la lesión. En fin, para una lesión que, en deportistas de élite, en el mejor de los casos, te deja en el dique seco entre 6 y 9 meses, 36 semanas, esto son palabras mayores. Al final poco importó, el equipo se deshizo. Los Jets no se clasificaron para playoffs por lo que la premura no era necesaria…aunque lo estaba consiguiendo, como lo oyen, lo estaba haciendo, retando incluso a sus médicos. ¿No me digan, que todo unido, en conjunto, no rezumaba hybris por los 4 costados?

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Tragedia en East Rutherford

La mitología griega, y después la tragedia, cuyo origen y desarrollo está asociado intrínsecamente a la primera, siempre fue un marco para poner de relevancia los hechos nobles, la manera de hacer bien las cosas, pero, sobre todo, poner de relieve los comportamientos que se salían de la norma, transgredían, en una palabra, y eran dignos de ser castigados. Era una especie de asignatura de Ética y de buenas maneras al aire libre. Además, la educación del ciudadano en las polis griegas era esencial. Y al teatro también iba uno a formarse. Educación integral, paideia. Y adivinen, la hybris está prácticamente presente en cada mito y tragedia.


Siempre se comienza con sucesos que, independientemente, pueden ser tomados a la ligera, no parecen actos malignos, ni terribles a veces; pueden parecer que incluso no tienen conexión con el resto de la historia. Pero van tejiendo una tela, un efecto domino, en cadena o cascada, que atrapa al protagonista en un destino inevitable: el castigo divino. Si se llega al climax de manera retorcida, pues mejor. Había distintos verdugos dependiendo del acto realizado. El de la desmesura, siempre tan presente, era castigado por la diosa Némesis, sinónimo de venganza, justicia y retribución. Su propio nombre deriva de némein, dar lo que corresponde.


En la offseason de la 2024 AR no levantó el pedal del freno. Completamente concentrado, consciente de que le quedaba poco tiempo y muchas cosas por hacer. Tampoco faltó su retiro mental. Esta vez se fue a Egipto, siguiendo las historias de sus mitos y dioses. No fue con el consentimiento oficial de la franquicia, pero sí con su conocimiento. Causó revuelo mediático, pero esta vez había dejado las cosas bien atadas con la franquicia y sus compañeros. La lesión había quedado atrás, 12 meses atrás. Pero las lesiones del Aquiles son complicadas.


La mayoría de los jugadores de élite, sin tener en cuenta posiciones, como dije, se recuperan entre los 6 y los 12 meses. La edad de Rodgers en el momento de la rotura no hay que olvidarla, tres meses antes de los 40. Puede hacer retirarse al más pintado. Aparte de eso, si se vuelve, y se aguanta, es en el segundo año cuando se consigue un pico de rendimiento, más bajo que antes, limitado, pero que se puede mantener en el tiempo.


Un ejemplo que sirve como excepción sería Dan Marino. Se rompió el Aquiles con 33 años. Perdió movilidad lateral, dificultando su footwork en el pocket antes y durante el lanzamiento. No era, lógicamente, un Elway ni Young, ni siquiera un gunslinger como Favre, era un pocket passer puro. Por lo que adaptó más fácilmente y ajusto su mecánica, además del ritmo, timing y sus lecturas, consiguiendo ya en la siguiente temporada a la lesión volver con fuerza.


La temporada de Aaron fue muy complicada. Todo lo que pudo salir mal, salió. Un efecto domino que hizo caer, una tras otra, todas las fichas. La apuesta de traer a AR por parte del owner Woody Johnson fue muy arriesgada, pero su intención era dar un puñetazo encima de la mesa y aprovechar una hornada de buenos jugadores jóvenes, juntarlas al veterano QB, y ganar lo antes posible. Pero la franquicia carece de una cultura, llamémosla estable, por no decir ganadora. EL GM Joe Douglas y el HC Robert Saleh estuvieron de acuerdo con la operación. La lesión del Rodgers, que fue la primera pieza en caer, hizo que la tensión se pudiera cortar con un cuchillo.


Como decía, los Jets es un equipo con un núcleo de jóvenes con tremendo potencial, sobre todo en defensa, que es el puntal del equipo, con Quinnen Williams (DT), Sauce Gardner(CB)…pero también en ataque con Garret Wilson y Breece Hall por ejemplo.


Pero su mayor defecto en estos años fue la OL, que fue un sufrimiento constante con continuos cambios de formación buscando la estabilidad. Bueno, no hace falta repetir cómo salió el primer partido en la 2023. La segunda ficha cayó.

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La presión fue muy alta, se intentó mejorar la OL para 2024, pero de nada sirvió. El juego de carrera nunca funcionó, el ataque se volvió desequilibrado y unidimensional: el 2º equipo con más intentos de pase. Todo se volvió previsible. Tercera pieza al suelo.


La protección de pase de la línea fue siempre mediocre. Aparte AR tuvo problemas lógicos y evidentes de movilidad, problemas para salir del pocket e, incluso, falta de precisión en esos lances. El 63% de completados es un registro paupérrimo para Rodgers. Cuarta pieza ko. Suerte que la defensa se mantuvo firme.


Para poder adaptarse Rodgers tuvo que aprovechar uno de sus puntos fuertes: la velocidad, su tiempo de reléase fue muy bajo, pero las yardas por intento, 6,9, lógicamente, también, en mínimos de su carrera. Los Jets fueron uno de los peores ataques en pases superiores a 10 y 20 yardas. Quinta ficha va.


Al romperse tan pronto en 2023, y tener que volver en 2024, AR también repitió uno de sus defectos. En el juego de Rodgers, por sus lecturas, velocidad y ritmo, es muy importante la compenetración con sus receptores. Ésta nunca llegó a cristalizar, por lo que acabó en la zona de confort, apoyándose en los “amigos” que se fue trayendo. Sexta pieza a la lona.


Para colmo, al propietario le entró un arrebato y, tras un comienzo malo en 2024, hizo lo que no tenía que haber hecho nunca bajo ninguna circunstancia: echar a su HC tras sólo 5 jornadas (AR no quiso para nada el despido). Al poco también despidió al GM. No se obtuvo ninguna mejoría. Ni defenestrando también al OC, que ya no hacía el playcalling, el viejo conocido de nuestro QB, Nathaniel Hackett. Jaque mate.


En la segunda parte de la temporada se empezó a ver cierto progreso en Rodgers, mayor química con sus receptores, sobre todo con Davante, normal, y mayor precisión. Debido a la pérdida de tensión competitiva en general, o a una mejoría real de su juego tras el paso del tiempo. Puede ser su clavo ardiendo.


Finalmente, la temporada fue un sinsentido, una pérdida absoluta de tiempo y un descrédito para todos…el problema es que le caía un año más al QB. El no quiso seguir, y los nuevos GM, Darren Mouguey y HC, Aaron Glenn, tampoco. Acabó todo en una reunión absurda donde lo único que hubo fue una conversación de besugos y un adiós con portazo incluido de ambas partes.


Los Jets no estaban preparados para afrontar la lesión grave de su salvador y los objetivos que su owner estableció al contratar a Rodgers. Las altas expectativas necesitan ser confrontadas con buenos y resistentes mimbres. Incluso hay veces que, suponiéndolos así, todo se va a pique, como en aquella noche gélida en Terranova. La tragedia de la lesión de Rodgers, sumada a la fragilidad organizativa, produjo semejante desastre. Aunque da igual, Némesis ejecutó su castigo a semejante hybris sin dilación. La tragedia fue ineludible en East Rutherford.

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El esclavo cojo, el emperador infatigable, el político comprometido…el QB roto

Como decía antes, los griegos buscaban el sentido y el orden, el Logos, la razón cósmica que había detrás de todo; tener cierto control. Recuerden las máximas en Delfos. Por otro lado, se preguntaban cómo debía vivir el ser humano para actuar según su naturaleza, para ser virtuoso, tener areté y conseguir la felicidad (eudaimonía), es decir, vivir de acuerdo con la virtud y la razón. El objetivo era formar al buen ciudadano dentro de la polis mediante la paideia.


Ese Logos podía ser la lucha de contrarios, la alternancia de elementos creando unidad y separación; podía estar fuera de todo Universo sensible, o estar aquí abajo delante de nosotros. El orden podía tener dirección, aunque se desplegara en ciclos que se superan generando un sentido, un avance. Si el hombre actúa en consonancia con el logos será virtuoso, pudiendo cumplir con un telos, su finalidad última.


Se buscaba esa esencia, según algunos afuera, en el mundo sensible, según otros inmanente al cosmos. Pero estuviera donde estuviese, solían tener claros ciertos límites: los extremos, la desmesura, no era la norma, aunque cínicos hay en todos los lados. Cuando el fuego griego en la lucerna romana se fue apagando, fue guardado y cuidado con mimo hasta que siglos más tarde renació y su luz explotó.


Las mismas discusiones, pero usando palabras distintas, surgían de nuevo en un ciclo imparable. Generalmente ya no se buscaba la luz afuera, se miraba dentro, muy dentro del ser humano... ¿pero en cierta manera, no era eso mismo lo que hicieron también ellos, conócete a ti mismo, aunque luego lo proyectaran en lo más recóndito del cosmos?


Pero volvamos a Grecia. Con el paso del tiempo su sociedad evolucionó y la polis empezó a quedarse pequeña, Alejandro expandió su imperio hasta el otro lado del mundo, diversas culturas se entrelazaron. Un mundo moría, otro nacía. Demasiados cambios, muy rápidos: el individuo se volvió consciente de su fragilidad, lleno de incertidumbres que generaron frustración y miedo; y el miedo, ira. ¿Les suena?


En este contexto, una escuela filosófica, la estoica, vino a salvaguardar lo que consideraban en peligro: la virtud y la razón humanas. Enseñaban a controlar nuestras acciones y actitudes ya que lo demás escapa a nuestro dominio. La clave es aceptar la adversidad con serenidad y distinguir lo que depende nosotros, sin que lo exterior altere nuestra paz interior. Apaciguar las pasiones, la apatheia, que conduce a la paz interior, la ataraxia.


Érase una vez un hombre nacido esclavo en propiedad de un mal amo. Un día, éste, le estaba retorciendo la pierna vayan ustedes a saber la causa. El esclavo, impávido, avisó de que, si seguía así, se la acabaría rompiendo, como así acabó pasando. Epicteto vivió cojo de por vida. No por ello se derrumbó, pasó página, pudo estudiar en Roma y ser liberado. Fue un importante filósofo con sus propios discípulos en Grecia y su nombre resuena hoy en día.


No es un mal viaje para alguien que, mientras fue privado de libertad, no podía revelar sus pensamientos, sus pasiones, se enfrentaba completamente desnudo a esa vida tan dura que le tocó, que moldeó sus actitudes y sus creencias. Alguien, que, de haberse enfrentado a su dueño, pudo haber muerto en ese momento y privar al mundo de sus ideas. Por ejemplo: no nos afecta lo que nos sucede, sino nuestra opinión sobre lo que nos sucede. No busques que los acontecimientos sucedan como quieres, sino desea que sucedan como suceden, y serás feliz. No es mala enseñanza para Aaron.

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Un hombre envejecido recorre las calles de Roma. La peste lo invade todo. Hay muertos por doquier y enfermos en las casas, en las calles y en los templos. Este viejo hace lo imposible incluso para parar y alentarles con alguna palabra amable cada día en su camino a palacio. Durante las noches, a la luz de una débil lucerna, encorvado, deja registradas sus meditaciones mientras gobierna el mundo conocido, redactando leyes y edictos con sabiduría, justicia, templanza y fortaleza, que tardarán en volver a verse. Así lo hace en casa, así en campaña. Sus ideas estuvieron influenciadas por de las de un filósofo cojo.


En ese diario puede leerse: la felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos. No actúes como si fueras a vivir diez mil años. La muerte te acecha; mientras vivas, mientras sea posible, sé bueno. Acepta sin arrogancia lo que te sucede, y actúa con rectitud. Me imagino a Rodgers tomando buena nota.


Un hombre de apariencia frágil, pero de mirada magnética, se sube a una furgoneta. Lleva una hoja escrita de forma rápida y descuidada. No la acabará usando. Sabe perfectamente lo que quiere decir, menos mal, ya que ha tenido que cambiar su discurso sobre la marcha, sin poder prepararlo. Una multitud espera ansiosa sus palabras, ignorantes de la tragedia acaecida momentos antes en Memphis. Coge el micrófono y anuncia la terrible nueva: Martin Luther King había sido asesinado.


La gente se quiebra, llora, grita, no sabe qué hacer, está devastada. Son años complicados, luchas por los derechos civiles, disturbios, asesinatos, violencia. Y hete tú aquí que, en lugar de aprovechar el momento, arrimar el ascua a su sardina, deformando el mensaje lo que haga falta, el relato, tan de moda hoy en día, este político, casi seguro el próximo hombre que lideraría el mundo occidental dijo:


“Podríamos movernos hacia la polarización y el enfrentamiento. O, como hizo MLK, hacer un esfuerzo para entender y comprender, para compadecer y amar, sustituyendo a la violencia. A los que tengan odio y desconfianza en su corazón, yo les diría que les entiendo; como saben, también asesinaron a mi hermano. Pero necesitamos hacer un esfuerzo para comprender y para ir más allá en estos tiempos difíciles. Mi poema…mi poeta favorito es Esquilo que una vez escribió:


Incluso en nuestros sueños hay dolores que no se pueden olvidar, caen gota a gota sobre el corazón, hasta que, en nuestra desesperación, en contra de nuestra voluntad, viene la sabiduría por la terrible gracia de Dios.


Así que les pido que esta noche vuelvan a sus casas, oren por la familia de MLK, y también por nuestro propio país, al cual todos amamos. Podemos hacerlo bien, aunque vendrán tiempos difíciles. La gente de este país quiere vivir junta, unida y mejorar sus vidas; quieren justicia para todos los seres humanos que abriga nuestra tierra. Dediquémonos a lo que los griegos escribieron hace tantos años: a dominar el salvajismo del hombre y hacer apacible la vida en este mundo. Hagamos esto, ya les digo, oremos por nuestro país y por nuestro pueblo.”


Por desgracia, apenas dos meses más tarde, este buen hombre acabó tiroteado, boca arriba, en el frío suelo de las cocinas del Hotel Ambassador de LA cuando iba a ser el hombre más poderoso del mundo. Como lo era aquel viejo que caminaba entre enfermos y escribía a la luz de una vela. Pero se comportaban como si fueran el esclavo cojo de un terrible amo. Por cierto, el poema recitado por Bobby pertenece al Agamenón de Esquilo, que también escribió la tragedia Prometeo encadenado. Coincidencia, ustedes verán.


No puedo afirmar que Aaron Rodgers conozca estos ejemplos o algunos similares. Pero en varias de sus declaraciones, el espíritu, la esencia, está ahí. No sé si es real o no, si le añade algo de drama o no, pero quiero creer que es sincero. Si fuera así, puede que le haya aliviado algo la carga en su lucha, que hay que contextualizarla y relativizarla como lo que fue, una lesión deportiva. Pero que para él fuera una tragedia, creo que está fuera de toda duda.

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En el campamento aqueo

Llegamos por fin al presente, a la temporada 2025. Ciertamente, el aterrizaje de Rodgers no fue del todo suave en Pittsburgh. Ninguno de los dos, al comienzo de la offseason, se tenían por una prioridad. Se habló que AR quería ir a Minnesota, a LA cuando no estaba claro el futuro de Stafford; incluso sonaron los Giants. Los Steelers preguntaron por el QB de los Rams, se plantearon quedarse con Justin Fields y, finalmente, pensaron en una temporada de transición con Rudolph…pero no las hay en Pittsburgh.


Por tanto, siendo ambos, segundo plato del otro, después de un poco de voy, vengo y por el camino me entretengo, finalmente, en junio, antes del minicamp obligatorio, Rodgers aceptó la oferta. Hay que recordar que su salario es de unos 14M de $, bastante por debajo de lo normal para él, pero es imposible olvidar su edad, su lesión y su rendimiento pasado.


Antes de llegar había división de opiniones en la ciudad, incluso en la plantilla, como Cam Heyward, y en figuras legendarias, como Terry Bradshaw. Pero todo cambió con su llegada. Por lo menos, será así hasta el kickoff. Aaron se fue ganando poco a poco a todo el mundo. Y parece estar en sintonía con el equipo y la ciudad. En Pittsburgh hay una cultura parecida a la de Green Bay, llega a un entorno familiar, por así decirlo.


Clave en su contratación fue la figura de Mike Tomlin. Aparte de tenerse un respeto fraguado en años pasados (recuerden que Steelers fue el rival de GB en la SB que ganó Rodgers y diferentes declaraciones laudatorias recíprocas), Tomlin, digámoslo así, mimó al QB los meses precedentes. Llamadas, interés real, personal incluso. Rodgers no ha dejado de subrayarlo en público. Y no olviden, Mike, a pesar de su renovación hasta 2027, necesita ganar en playoffs de nuevo y Rodgers necesita acabar su carrera con la cabeza alta. ¿Quererse? ellos sabrán de puertas adentro…¿necesitarse? mucho.


Hay que tener presente que AR es el jugador en activo más veterano de la NFL, cumplirá 42 años en diciembre. Los QBs de más de 40 años no han abundado en esta dura competición. Mucho menos los que han destacado. ¡Y no os quiero contar los que han conseguido victorias en postseason! A Unitas no le fue nada bien. Moon fue el primero en hacer una temporada sólida siendo Pro Bowl. Favre rompió por fin el techo de cristal, realizando una temporada meritoria y ganando en playoffs. Pero hay que esperar a Brees para ver varias temporadas consistentes, robustas, como si estuviera en la treintena, incluso con opciones de llegar a Super Bowl. Me olvidaba del marciano Brady, pero es que podía ser HOF sólo en su cuarentena, come aparte.


Lo más importante es la salud. Todos, salvo Brady, tuvieron lesiones que les fueron mermando, obligándoles a adaptarse. Generalmente tienden a lanzamiento rápidos, pases más cortos, sacar partido de su experiencia en las lecturas e intentar salir del pocket lo justo y necesario; recetas lógicas. Por tanto, parece importante para todos, y en concreto para Rodgers, y más saliendo de tan grave lesión, ser inteligente y contar con un equipo que le arrope. Ser la guinda del pastel, no el héroe homérico.


Es cuestión de vida o muerte contar con una OL que te proteja, AR fue el peor QB contra el blitz el año pasado. Importante tener un juego de carrera sólido (Favre con Peterson, Brees con Kamara, incluso Hill), un playbook adaptado, flexible. Y es crucial una defensa élite. Saints y Bucs podían enorgullecerse de ello. Los Jets sí tenían una sólida, pero la ofensiva nunca estuvo ni remotamente cerca de ser competente. No son pocos ingredientes.


Antes de ir desgranando las distintas unidades. Lo primero que habría que destacar es la agresividad y creatividad del GM Omar Khan a la hora de construir el roster. Esta offseason han obtenido 4 veteranos contrastados: el WR DK Metcalf, los CBs Jalem Ramsey y Darius Slay y el TE Jonnu Smith. Aparte de nuestro protagosnista, claro. A su vez se han ido otros de igual peso como el FS Minkha Fitzpatrick (su trade con Miami hizo posible la llegada de Ramsey y Smith) y el WR George Pickens. Como no, los dos QBs contratados el año pasado, Russel Wilson y Justin Fields ya no están en la plantilla. Mucho movimiento, mucho intento por encontrar el camino.


Vamos rápido con la defensa de Steelers. Los acereros históricamente han tenido defensas monstruosas, en fin, no voy aquí hablar de la Steel Courtain, pero últimamente, también tendente a un desproporcionado gasto. Me explico, su defensa suele ser la que mayor trozo de la tarta del salary cap se lleva de la liga y, lógicamente, lo contrario le sucede a la ofensiva. Y no es pequeño el desequilibrio, por cierto. Este año, no es la excepción, y van cuatro seguidos.


En una liga tan virtuosamente centrada y proporcionada, se puede decir que es una receta, digamos, arriesgada. Y en los últimos años esta cara defensa no rindió acorde al parné. El año pasado acabo desarbolada en los partidos divisionales y en toda el final de campaña, en los momentos críticos, vaya. Realmente no supieron parar a Burrow, quedaron retratados contra el juego de pase rápido, eléctrico y con alternativas de los Chiefs, e impotentes contra el juego de carrera de los Ravens. Que no sea dominante en los momentos que importa empieza a ser una constante recientemente.

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Este año su DC Teryl Austin quiere que su unidad de un paso hacia adelante. El pasado, debido a sus limitaciones, no pudieron ser lo agresivos y flexibles que le hubiera gustado. Con las piezas que tenía se limitó a coberturas sólidas, predecibles, pero seguras. Sin recurrir a engaños complejos. Lo mismo hablando del rush. Bastante evidente, sin complicaciones, y con una tasa de blitz baja, que es otro patrón los últimos tiempos.


En la secundaria, la llegada de Jalen Ramsey con su versatilidad para jugar en cualquier posición de manera excelente, la veteranía de Darius Slay, el asentamiento del CB Joey Porter, incluso con la pérdida de Minkha Fitzpatrick, posibilitan salirse del guion previsible.


En 2024 fueron el equipo que más usaron single high. Cover 3 sobre todo, y cover 1. A nadie le sorprende esto porque así han sido sus defensas hace tiempo. No es un equipo que rehuse, por tanto, a estar en man, pero, el año pasado, en situaciones críticas, terceros downs por ejemplo, fueron de los que menos la empleaban. La razón es que Tomlin y Austin, como decia antes, sabían de las deficiencias de su equipo en cobertura al hombre. Eso tenía que cambiar. Para este año esta era una de las asignatura pendientes. Justifica muchos de los movimientos.


Se perdió a Fitzpatrick que, a pesar de ser un free safety, siempre se ha aprovechado más su potencial cuando se le acercaba a la LOS. El año pasado jugó lejísimos de ella. Era el último hombre, el desfacedor de entuertos, el Mike Ehrmantraut de la organización. Pero estaba muy lejos de la acción. Ramsey hará ahora ese rol, y otros muchos claro, es una navaja suiza. La polivalencia generará dudas en la ofensivas contrarias, y, además permitirá ejecutar mayor número de covers, como cover 4, que se ha extendido por la liga. Variar formaciones, disfrazarlas. Imprevisibilidad, flexibilidad y fortaleza. Una defensa moderna. Para ello necesitarán mejorar la comunicación e integración de sus miembos, uno de los motivos que se adujo cuando se cayeron al pozo en el tramo final. Veremos si lo consiguen, si justifican la restructuración.


El front seven sigue siendo un martillo al que se ha incorporado el rookie DT Derrick Harmon. No hace falta presentar a los edges T.J. Watt y Alex Highsmith, a Cam Heyward (DT), Patrick Queen (LB)…Deben brillar, no les queda otra. Tiene que ser más flexible y móvil, eso sí. Variar posiciones, simular presiones, engañar. Tienen que presionar al QB desde todos los lados posibles, volver a ser Blitzburgh. La secundaria, con Ramsey a la cabeza, puede integrarse también para que sea del todo, ya saben, imprevisible. Lo dicho, la principal arma de este equipo, si quiere llegar lejos, es su defensa, no nos engañemos. Y el puñal serían las presiones simuladas. Looks diferentes pre y post snap. Mentir sin parar.


Pero claro, Rodgers esto lo verá desde las sidelines. Vamos a lo que le afecta, sigamos con el ataque. Si hablábamos de la química con Tomlin, esta temporada para Rodgers es vital que, la aparente buena integración hasta ahora con su OC, Arthur Smith, sea real. AS, que trabajó a las ódenes de LaFleur en Tennessee, está, por tanto, influenciado por la Wide Zone Offense de Mike Shanahan evolucionada por sus pupilos: corriendo outside zone (movimiento al unísono lateral de la línea bloqueando en zona y el RB esperando el gap más prometedor) misdirections, play action, formaciones pesadas, flexibles, motion presnap, etc…y West Coast Offense: pases rápidos, apertura horizontal del campo, donde prima el ritmo y la sincronización.


Obvio es decir que uno de los puntos fuertes de Rodgers es su velocidad, su precisión, su lectura de la defensa. Ha jugado prácticamente toda su vida en la WCO de McCarthy y claro, después, con LaFleur. Todo le suena absolutamente, ya lo ha hecho cada domingo. Podría ser plug and play.


Smith tiene también influencias de Mike Mullarkey y su smash mouth offense “exótica”, no tan obvio en el uso descarnado y contundente de la fuerza de la carrera por sus variaciones, cierta flexibilidad y movimiento. Y finalmente Ken Whisenhunt, donde, de otra fuente, bebió la WCO. De esta manera montó aquella ofensiva de los Titans con Tannehill y Henry. Además, aunque no haya conseguido un éxito parecido en Atlanta o aún en Pittsburgh, otro de los factores a tener en cuenta es su buena disposición a la adaptación. Mariota, Ridder, Fields, Wilson, el propio Tannehill; variados QBs pasaron por sus manos.


Apuesto que en esta campaña será más sencilla la asociación entre OC y QB, con AR que, por ejemplo, el año pasado con Wilson, con el que hubo roces por los cambios en jugadas y su reticencia a atacar el centro del campo. Quiero creer que todo lo que nos han vendido esta preseason es cierta: las charlas, escucharse, ideas que se añaden, matices, playbook con opciones para la rectificación y el cambio de jugada según lectura. Integración total. Sería un tiro en el pie no aprovechar la veteranía y el saber hacer en el emparrillado de Aaron.


La clave en el ataque, por la condición física del QB, casi incluso más que cualquier cosa, será la OL. Casi todo este año dependerá de cómo protejan a Rodgers. Es una línea joven a excepción del LG Seumalo. Con el center Zack Frasier, y el RG McCormick forman un bloque central consistente. Vamos con los tackles, el quid de la cuestión. El LT, Broderick Jones, fue 1ª ronda en 2023, el año pasado jugó en el lado derecho, talento físico tiene, pero tiene que demostrar lo que vale. Lo mismo o más el RT Troy Fautanu, 1ª ronda de 2024, lesionado el año pasado. Juventud y primeras rondas, es decir, toda una incógnita.


El juego de carrera con AS, como he dicho, es primordial. Y no ha sido eficiente últimamente. Pero no se trata de correr 3 yards and a cloud of dust. Se ha ido Najee Harris, pero se ha elegido en 3ª ronda un jugador muy ilusionante: Kaleb Johnson. En college se doctoró en WZO, por tanto, viene con la lección aprendida. Su gran problema, la protección al pase, lleva toda la pretemporada aprendiendo a reconocer los puntos débiles, los puntos de ataque y a bloquear. Jaylen Warren le está ayudando, es su mentor. Por último, hay que mencionar la polivalencia de Kenneth Gainwell, esas manos tienen que ser la sorpresa para sorprender una defensa cerrada, una caja populosa.


Uno de los puntos débiles es la poca profundidad en la sala de receptores. A Pickens se le enseñó la puerta de salida por su inconsistencia e inmadurez. Ha venido en su lugar el veterano DK Metcalf. Si importante era el pegamento de AR con el staff técnico, no menos el que desarrolle con el ex Seahawk. Han compartido sesiones de entrenamiento privadas, baño en habitaciones contiguas del training camp y han sido la comidilla mediática, con sus fallos y sus aciertos durante la estancia en St Vincent College. Amenaza profunda, poderío físico, la explosividad de sus slants, outs, hooks, rutas cruzadas…más las yac…todo tiene que ser maximizado. No es un route runner preciso, milimétrico y elegante, y habrá que ver cómo se lo toma Aaron. Y es que es innegable que el juego de Rodgers requiere de química; la velocidad, precisión y sincronización debe de ser un camino de dos vías. Las caras del QB nos contarán cómo irá ligando la salsa.

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A partir de ahí, un poco de incertidumbre. Calvin Austin con su mejoría del año pasado sería el WR2 lógico, pero se ha perdido parte del TC. Si no funciona podría estar disponible Roman Wilson, la esperanza, elegido 3ª ronda en el draft del año pasado, pero que se perdió la temporada. Ha ido de menos a más en la preseason y ha encontrado cierta sintonía con AR.


A ellos les ayudarán los TEs. Smith, como decía, en su estrategia, requiere de cantidad y calidad en la posición. Es uno de los coordinadores que más presenta personal 13 (1 RB y 3 Tes), y a veces, ¡hasta 4 TEs!. Tanto para proteger, bloquear y ayudar a la carrera, como para ser una salida en el juego de pase, habrá que tenerlos en cuenta.


El ataque conseguirá sus objetivos si son imprevisibles. Si hay opciones, alternativas, si se juega al despiste continuamente. Formaciones que puedan acabar en carrera o pase, misdirections, motions. Carrera estable, protección, juego rápido. Y quiero volverlo a dejar aquí resaltado: es el segundo año tras la lesión del Aquiles de Rodgers. Su cuerpo puede responder mejor. Rodgers puede tener más movilidad, recuperar fortaleza y precisión en el pase en movimiento. Si fuera capaz de salir under center y ejecutar play action de manera solvente, e incluso poder salir del pocket con mediana soltura, estaríamos hablando de palabras mayores.


Pero eso, a día de hoy, sueños son. Hablamos de pretemporada, todo lo dicho en este capítulo hay que cogerlo con pinzas, con la mayor precaución posible. No será hasta que esto arranque cuando se vea de verdad la pinta que tiene este equipo.


Pittsburgh por tener, sí tiene un plan global estratégico, pero no creo que tenga excesivas opciones.  Le tiene que salir prácticamente todo bien. En ciertas posiciones no hay profundidad y depende de gente joven e inexperta. Y los titulares no se sabe si tendrán recambio aceptable. Aventurar un pronóstico es arriesgado. Eso sí, las expectativas y las presiones externas no son muy grandes, las propias son harina de otro costal: Tomlin lleva demasiados años sin ganar en postseason y Aaron está en su recta final. Ninguno de los dos soportarían una mala temporada. Si fuera nefasta, esa presión externa puede cerrar sus fauces.


Resumiendo, este matrimonio de conveniencia de Steelers y Rodgers tienen que respetarse mutuamente, darse espacio y fiarse el uno del otro. AR tiene una última oportunidad de ser feliz jugando. Mejor entorno que Pittsburgh es complicado: es un buen sitio en el que estar, bajo el ala de Tomlin. Creo que Aaron ha asumido finalmente el papel que le toca interpretar, y no, ya no es el de primer soprano. No es uno más, sería absurdo, pero él está aquí para elevar el nivel cuando sea necesario, es decir, no cometer errores y, si se llega la oportunidad, demostrar que sigue siendo un buen QB, que no se le ha olvidado jugar.


Todo su viaje personal, todos los errores cometidos, las dudas, las lesiones, el sacrificio, la lucha, los sinsabores, un legado quizás no a la altura de las expectativas…todo, le ha llevado a este momento. No sé si es su fuero interno piensa en el título o en, sencillamente, disfrutar de las últimas experiencias. Sinceramente no lo sé. Pero durante años, a pesar de esa socarronería, ese humor como arma preventiva, veía tristeza en sus ojos, no muy evidente, leve, pero presente. Pero a la par, en lo profundidad de su mirada se encontraba también una chispa, como la del viejo Santiago. Estos últimos tres meses me ha parecido atisbar un cambio. Veremos si es verdad y dónde le lleva. Y no nos equivoquemos, el veredicto del marcador también tendrá mucho que decir. Pero ¿y si ocurre el milagro?

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El viaje del Héroe

Llevo varios meses teniendo a Rodgers en la cabeza mientras preparaba estos artículos. He visto partidos, documentales y leídos libros. Una pequeña obsesión pasajera, espero. Como les decía, sin ser fan de Rodgers ni seguidor de los Steelers, este año, debido a esto, que en cierta manera me ha marcado, lo que haga AR y Pittsburgh será importante para mí.


Su camino tortuoso, sus continuos auges y caídas, su periplo vital me ha acompañado este verano y me ha hecho recordar cosas importantes de la vida; enseñanzas y posturas que pueden ser valiosas, y eso es lo que he intentado comunicarles, desde la más sincera humildad.


He querido mostrarles a un AR en su momento álgido: la consecución de la Super Bowl XLV y sus consiguientes dudas existenciales (Conócete a ti mismo), en el primer artículo. Y en su momento más bajo en éste: la rotura del Aquiles en su partido inicial con los Jets (Nada en exceso). Una persona humana y cercana, pero también contradictoria, excesiva y especial, como no. Un privilegiado, por supuesto, pero también un hombre con dudas y sufrimiento como todos; con una profunda vida interior y un legado deportivo evidente. Sabiendo, claro está, que esto, al fin y al cabo, es sólo football. Y que Aaron es muy proclive también a la teatralidad. ¿Acaso importa?


El kickoff está a la vuelta de la esquina. Lawrence ya está a las puertas de Aqaba y la larga travesía del desierto toca a su fin, como cada año. Philadelphia y Dallas casi están en el túnel del vestuario. Es la hora de despedirme de Aaron Rodgers y mirar para otros sitios. ¡La cantidad de historias, aventuras y tragedias que tenemos justo delante hasta febrero! Empieza la mejor liga del mundo. Comienza la NFL. Pero antes, para finalizar, les dejo con sus propias palabras. No podía hacerlo de otra manera que con su reflexión personal sobre sí mismo, su profesión y la propia vida.


Vince Lombardi dijo una vez: ganar no lo es todo, es lo único. Pensé, ¿es cierto? Yo no opino lo mismo. Como he dicho muchas veces, la idea del éxito o del fracaso desgraciadamente está vinculada a ganar o perder. Yo no creo que sea una representación binaria. A veces juegas lo mejor que puedes y no es suficiente, y tal vez no juegues lo mejor que sabes y ganes…pero eso no significa que sea un éxito…y perder no significa un fracaso.


No creo que tenga nada que demostrar a nadie más que a mí mismo, y es un buen lugar en el que estar. Sólo quiero demostrar una, dos veces más, que puedo hacerlo. Cada año tengo que recordarme que soy genial, por mucho que haya sido el MVP empiezas a dudar de ti mismo: ¿puedo hacerlo al máximo alto nivel? ¿soy aún lo bastante bueno? ¿puedo hacer todos los pases, y salir del pocket, y mirar hacia el lugar adecuado, y correr lo bastante y confiar en mi instinto? es un desafío divertido.


En algún momento el tiovivo se detiene y tienes que bajarte. Muchas veces no puedes decidir cuándo lo haces, y es muy extraño que puedas irte cabalgando hacia el atardecer como hizo John Elway ganando 2 Super Bowls. Pero quiero retirarme sabiendo que aún soy capaz de hacerlo, no quería retirarme en un carrito, quiero retirarme de pie, jugando bien al football y, si viene con una victoria en el campeonato, pues fantástico.


Hay un legado deportivo y un legado personal. El legado deportivo se cimenta con el HOF. El legado personal se cimenta cada día, y es mucho más importante para mí. Todos estamos en alguna etapa del viaje del héroe, suele tratarse de algún tipo de aprendizaje, y de darse cuenta a lo largo del camino de la perspectiva de estar presente a cada momento, de disfrutar del proceso, de disfrutar del viaje y de que la vida está en millones de pequeños momentos, así que ¿podemos estar presentes? No queremos perdernos esos momentos que hacen que el viaje merezca la pena. Podría ser el último año...y podría no serlo.


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