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Walk of Life (Parte II)

Actualizado: 26 jun 2024

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El Vellocino de Oro

Justo es decir que lo prometido es deuda, aunque sea una deuda contraída con uno mismo, que, por cierto, son las que más daño producen en caso de no satisfacerse. Es hora, por consiguiente, de continuar relatando el periplo de Dan Campbell siendo ya profesional, tanto como jugador como entrenador.


Como decíamos ayer, nuestro protagonista viajaba dirección Este, buscando su propia fortuna en su querida camioneta Betsy. Podría decirse que es un Jason surcando las aguas del Helesponto, del Propontis y del Ponto Euxino, en la famosa nave Argo, camino de la Cólquide y del Vellocino de Oro. Los Argonautas, como veremos en este caso, se los irá encontrando en su rumbo y serán muy importantes para él: de algunos aprenderá, serán sus maestros, él ejercerá de ello con otros y, en muchos casos, su relación será larga y fructífera hasta el momento presente.


Esa pequeña Betsy, digámoslo así, se irá llenando de pasajeros, que ayudarán a nuestro Jasón a cumplir su colosal propósito. ¿Cuál es? Pues dejo al lector que elija. Los viajes iniciáticos no son nunca lo que parecen, se sabe como comienzan, pero hete tú aquí que el destino es incierto, amigo. Que se lo digan a Ulises, a Jasón, a Hércules, a Teseo, ¡qué coño!, a Sancho y a Quijote, a Lázaro de Tormes, a Ismael y a Ahab, a Jim y a Huckelberry Finn, jejejeje y a Bonny y Clyde, a Thelma y Louise, a Peter Fonda y Dennis Hopper en Easy Rider a lomos de sus relucientes Harley-Davidsons recorriendo parte de la ruta 66, teniendo como meta New Orleans…la lista es infinita, todo está inventado hermanos, pero ahora es el momento de subir Born to be Wild, dar gas y prepararse para la aventura.


Así pues, situémonos en la Ciudad que Nunca Duerme alrededor del año 1999. Dan Campbell ha cumplido su sueño (hasta aquel entonces). Imaginaros lo que puede suponer para él, un tipo nacido en medio de ninguna parte, ser jugador profesional en la capital del mundo. Del rancho familiar a las afueras de Morgan, Texas, a los rascacielos de Manhattan…ya hubiera sido toda una historia, pero como saben, queda mucho, y para nada va a ser feliz, estará lleno de contratiempos.

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New York, New York

El Campbell jugador tenía unas características muy marcadas. En la NFL, como antes en college, su perfil era cristalino. No busquen aquí fuegos artificiales, portadas de periódicos, ni nada parecido. Los Giants lo draftearon por su capacidad atlética, su Combine fue espectacular, y por su excelencia en el bloqueo. Es decir, le tocaría trabajo y más trabajo, y sacrificio…y dolor. Su entrenador, Jim Fassell, sabía perfectamente lo que quería de él. Y él siempre supo lo que le iban a pedir.


Ese primer año habría una persona fundamental en la vida de Dan que llegó a la Gran Manzana también. Su nombre, Sean Payton, que podremos decir que será la constante de Campbell, su mentor, hasta su llegada como head coach a Detroit. En aquella época Payton afrontaba su segundo trabajo en la NFL como qb coach, aunque ya el segundo año sería el coordinador ofensivo. Comenzaba así, una hermosa relación.


Como le sucede a casi cada rookie, al principio, no fue titular, pero poco a poco se fue haciendo un hueco. Aparte de esto, recordad, estamos en NY, una plaza difícil, la prensa no suele tener piedad: llega a catalogarlo de bust, un currante, un gregario, sin buenas estadísticas…él se sorprendió porque eso lo tenía meridianamente claro: era precisamente su virtud.


En su segunda temporada, jugando sólo 5 partidos como starter, los Giants llegarían a la Super Bowl XXXV, perdiendo contra los Ravens de Ray Lewis. En el siguiente consiguió el premio gordo, era el tight end titular finalmente. Pero los Giants sabían que tenían una necesidad imperiosa ya que no contaban con el perfil de tight end receptor. Justo después, en 2002, llegó Jeremy Shockey y, lo que ocurrió, describe muy bien el tipo de persona y jugador que era Dan Campbell.


Al contrario de lo que se podría pensar, lo acogió bajo su ala, le enseñó como ser un pro tanto dentro como fuera del campo, le vigiló, no le dejó bajar la guardia…es decir, estuvo formando al jugador que, aunque con características diferentes, jugaría en su posición, apartándolo a él mismo a un lugar más discreto. Pero fue con Shockey también, cuando la capacidad de Campbell para entrenar jugadores empezó a dar que hablar.


Mike Pope, el tight end coach del equipo, por cierto, ganador de los 4 anillos de Giants ocupando ese cargo, con el que Campbell sigue manteniendo lazos estrechos hoy en día, fue testigo de todo ello. Pope siente un respeto máximo por Dan Campbell, adora su sacrificio, su superación de las adversidades (se recupera de lesiones en tiempo récord, que el propio Pope consideraba que dejaría en el dique seco un año a otro tipo de jugador). Siempre podía contar con él para el trabajo más sucio, en definitiva, lo considera un jugador de la vieja escuela, de la época de Halas o Lombardi.


Pues bien, Pope piensa que Shockey estará siempre en deuda con él. Y Shockey así lo considera también. De Campbell llegó a decir que es un tipo al que seguir, alguien a quien quieres parecerte… presionó para que se quedará, al igual que Fassel, que lo consideraba un jugador más valioso de lo que la gente creía…pero él necesitaba ser titular. Esa es la razón que le llevó a coger las maletas buscando nuevos rumbos cuando finalizó su contrato rookie.


Pope y Fassel sentirán el hueco dejado por la marcha de Campbell, su capacidad de bloqueo tanto en jugadas de carrera como en pass protection, casi como un OL, fue muy difícil de cubrir. Durante su estancia ayudó a que, por ejemplo, Kerry Collins y Tiki Barber, batieran los récords de la franquicia en pases y carreras respectivamente.

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Going Home

En el año 2003 Sean Payton dejó NY para recalar en los Dallas Cowboys de otra figura capital en el aprendizaje de Dan Campbell : Bill Parcells. Campbell dijo que aprendió de él a fomentar la camaradería y a llamar la atención a los jugadores que lo mereciesen. Estaba muy metido en la parte psicológica del juego. Lidiaba como si nada con todo tipo de personalidades. Nadie como él para repartir abrazos, patadas en el culo o lo que fuera necesario. Nadie podía apretar las teclas necesarias como él, nadie motivaba mejor. Eso les suena, verdad?


Sean Payton se llevó bajo el brazo a Dan de vuelta a su Texas natal para ser el tight end titular del equipo de América. Eso sí, en el draft de ese mismo año los Cowboys seleccionaron a una de las futuras estrellas del equipo: Jason Witten.


Quiso el destino que las circunstancias se repitieran de nuevo. En su segundo año Dan se lesionaría de gravedad, rompiéndose los ligamentos del tobillo. Adivinan lo que sucedió? Exacto, nuestro Obi-Wan volvió a guiar a un nuevo aprendiz, que, llegado el caso, no sólo ocuparía su puesto, sino que se convirtió en una de las leyendas del equipo de Arlington. Las palabras de Witten se parecen como dos gotas de agua a las de Shockey, habla de un líder que consigue que cualquier jugador le siga ciegamente, que marcó su carrera.


Curiosidades durante su paso por Dallas también podemos encontrar: durante un vuelo del equipo hacia el training camp se le reventó literalmente el apéndice. Una vez extirpado, se presentó a los 10 días para comenzar la preparación de la temporada, dejando a propios y extraños con la boca literalmente abierta. Cosas de Dan Campbell.


Su paso lo aprovechó para empaparse de football de la mano de Parcells como de Payton. En aquellos días se encontró por primera vez con el tres veces Pro Bowler cornerback Aaron Glenn, su DC hoy en Detroit.


Bill Parcells siguió su carrera hasta el día de hoy. Le ha ayudado y le ha aconsejado, aunque a veces de una manera escueta y críptica (que pudiera parecer un chiste) como cuando tras la ronda divisional de este año le envió un mensaje al hc de Detroit con sólo dos palabras: “Congratulations, shoes.” Ni más, ni menos. Los Lions acababan de ganar un gran partido contra los Bucs llegando por primera vez desde 1991 a la final de Conferencia, una hazaña para el equipo de Michigan, no vista desde los tiempos de Barry Sanders y, en el otro partido de la Nacional, los 49ers superaban a unos sorprendentes Packers, de manera muy sufrida, sobre un césped resbaladizo donde, una y otra vez, los jugadores se iban al suelo. Genio y figura el viejo Bill.


Por cierto, el apodo que le dieron sus compañeros era “Man Campbell”, muy a lo Chuck Norris, por ser el macho alfa de la manada, por su intensidad dentro y fuera del emparrillado…pero también, como en sus tiempos más jóvenes, por ser el líder en barbacoas, comilonas y fiestas de guardar.

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Detroit Rock City

Una vez que su contrato expiró, Campbell recalaría por primera vez en la ciudad que hoy en día lo considera casi hijo adoptivo, llegaría por primera vez a Motown. El primer año fue el mejor estadísticamente hablando para él, 21 recepciones para 308 yardas.


El ya veterano jugador arrastraba problemas físicos por doquier, su qb de entonces, Jon Kitna, alucinó en un partido contra Chicago, cuando Dan portando una férula protectora en su codo lesionado, que apenas le dejaba levantar el brazo, muy a lo Gronkowsky por cierto, consiguió atrapar estirando ambas extremidades un balón para touchdown que venía desde la yarda 30 a toda velocidad…lo celebró alzando ambos brazos al cielo. Sería, a la postre, su última anotación.


La leyenda de los Lions, Calvin Johnson, en su año rookie, recordó que lo llamaban Robocop: Megatron vs Robocop, qué película se perdió Hollywood! Comentó que jugaba con un solo brazo, pero que seguía siendo titular y no rehusaba nunca la lucha; máximo respeto le tiene. Esopo decía que es fácil ser valiente desde una distancia segura…esa no es la manera de actuar de Man Campbell.


Después de aquella temporada, dos lesiones importantes le pusieron de manera consecutiva en la injured reserve list. La primera fue en el hombro, la segunda en los isquios, tras una última recepción en la primera jornada contra los Falcons. Seguro que mientras se retiraba cojeando no pensaba que nunca más volvería a pisar un campo de football…no había épica, ni fanfarrias, ni confetti esperando… finalmente fue cortado. Como no hay mal que por bien no venga, podemos decir que esto, afortunadamente, le evitó estar en el campo la temporada 2008 cuando los Lions acabaron 0-16, siendo el primer equipo en conseguir semejante récord negativo desde que se expandió la liga a 16 jornadas.


Pero hay una cosa cierta, Detroit plantó una semilla en Campbell. Le gustó la ciudad, le gustó su gente, a pesar de ser tan diferente a sus praderas de Texas, comprobó que había muchas similitudes entre sus habitantes: gente humilde, trabajadora, esforzada, blue collar, que se ayudaban los unos a los otros. Lo recordaría años después en rueda de prensa emocionado.

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The House Of Rising Sun

Última parada: New Orleans. Estación fin de línea. Estamos en el año 2009, un renqueante y ya muy veterano Dan Campbell fue recogido por su mentor Sean Payton, ya hc de los Saints. Poco duró su aventura en la Big Easy, en pleno training camp se desgarra el MCL y su carrera como jugador profesional llega a su fin tras muchos años de duro trabajo y lesiones.


Tampoco hubo fanfarrias, ni confetti, ni sol crepuscular a su espalda…se marchó en silencio, sin que apenas la gente lo notara, como lo hacen la inmensa mayoría de los jugadores de esta muchas veces injusta, a la par que sublime liga.


Es más, el destino le tenía reservado un último trago amargo. Nunca jugo un partido como Saint y, por tanto, no pudo obtener el anillo de campeón que aquel equipo consiguió al ganar la Super Bowl XLIV contra los Colts de Manning. Seguro que recordarán aquel onside kick de NO en el kickoff del arranque del segundo tiempo cuando perdían 10-6. Como dijo Kirk Douglas, para conseguir cualquier cosa, debes ser lo suficientemente valiente para fracasar. Sean Payton tuvo agallas y triunfó. Seguro que hubo alguien tomando buena nota de aquello.


Hubo un jugador que sí recogió el suyo, y era el segundo. Fue nuestro viejo conocido y aprendiz de Campbell, el TE Jeremy Shockey, tras ganar unos años antes el primero contra los Patriots de Brady. Manning y Brady, casi nada, verdad?. El destino es así de caprichoso. Pero no se queden con lo malo, Campbell formó campeones sin ser incluso entrenador.


Por qué nos caemos, Bruce? …Para aprender a levantarnos. Este recordatorio del padre y también de Alfred a Bruce Wayne a lo largo de su vida puede enmarcar el dilema que vivió, y vive, casi cada jugador de NFL al afrontar su retiro, que, por cierto, siempre suele llegar muy pronto. La carrera media en la jungla de la NFL es de 3,3 años. Dan Campbell, aunque privilegiado en cierta manera, tras 11 años, no fue diferente en este aspecto…33 años y qué debía hacer con el resto de su vida?. Como fiel Sancho Panza eligió ser pragmático, a estas alturas nadie se debería sorprender.


Cogió papel y boli y se hizo dos preguntas: qué se hacer? y qué amo hacer?...la respuesta fue automática: football…pocas personas quieren este deporte de una manera tan profunda como él, comentaron de él continuamente. Siguió su razonamiento: si no juego…podré entrenar, no?. Seneca diría que cada nuevo comienzo viene del final de algún otro comienzo. El sol siempre vuelve a salir.  


Cada entrenador que tuvo, desde high scholl en Glen Rose, college en Texas AM, hasta Parcells y Payton…cada compañero, destacando Shockey y Witten, le había llevado sin querer al camino de baldosas amarillas. La vida es una especie de bicicleta. Si quieres mantener el equilibrio, pedalea hacia delante, diría Einstein.

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Breaking Bad

En la primavera de 2010 un Dan Campbell ya retirado, maduro, melenudo, con patillas, perilla y bigote estaba convencido de que su siguiente paso en la vida era ser head coach. Justo al momento llamó al entrenador de su alma mater, Mike Sherman, para ver si había por allí algo para él…y efectivamente, le surgió una posibilidad como una especie de entrenador voluntario.


Por tanto, volvió a casa, volvió a Texas, a Texas AM, en College Station. Las reglas de la NCAA eran claras al respecto, más bien era un puesto de oyente, por así decirlo. Lógicamente dependía de él como estirar ese chicle, pero oficialmente no era un miembro del staff, aunque estaba con ellos y con los jugadores. Rápidamente, las anécdotas cómicas surgieron, como siempre.


Había dejado a su mujer e hijos en su casa en Dallas, mientras él se había ido solo en una especie de caravana a vivir en un aparcamiento a unos minutos de la universidad. Como lo oyen. Y así estuvo unas semanas. Ahora quiero que piensen en el impacto para estudiantes y personal sabiendo que, en un parking de ahí al ladito, está viviendo uno de los héroes de la escuela, un exjugador profesional de la NFL. Era la comidilla de toda la institución, del pueblo, de los alrededores…era un secreto a voces. Lo dicho, la comedia.


Y saben qué?, también supo aprovechar este circunstancia. Como decía, su rol era muy limitado, muy constreñido por las reglas: se le permitía estar en las sidelines y poco más. Pero en esos días trabajó codo con codo con un asistente graduado, cuyo mentor y suegro era Mike Sherman, que hoy todos conocen, pero de aquella era un mocoso: Zac Taylor, el actual head coach de Cincinnati Bengals. Pues bien, según sus propias palabras, su primer cometido era entrenar con los tight ends, y va, y se le aparece como regalo divino esta montaña peluda, este veterano de mil batallas, que se pasa toda la primavera con él, lo acoge y le enseña los trucos de la posición. Se imaginan el año que viene una Super Bowl Bengals Lions?…sería curioso

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Por cierto, para cerrar el tema caravana, Dan Campbell que para nada malvivió aquellas semanas, comento que, si no fuera porque tenía familia e hijos, vivir en una casa rodante sería una manera ideal de vivir: todo lo tienes a mano, es fácil de limpiar, barato…tenía una pequeña cocina de gas, una pequeña ducha, tv por satélite…en fin, que vivía como un cura, si me permiten la expresión. Si le hubiera ido mal, le imaginan siendo un nuevo Heisenberg? jajajaja.

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The Sorcerer's Apprentice

La experiencia en Texas AM le volvió a abrir las puertas de la NFL, concretamente le llevo directo a los Miami Dolphins del entonces entrenador Tony Sparano, que no es el primo lejano de James Gandolfini, qué Dios lo tenga en su Gloria, se lo prometo.  


Sparano era el entrenador de tights end en su etapa en Dallas y, por tanto, ya se conocían. Éste quería que alguien independiente le hiciera la entrevista, así que tiro de un también recién llegado al equipo, que actualmente todos conocen: Brian Daboll, hoy hc de los Giants, entonces nuevo OC de los Phins. Lo que sucedió a continuación tiene varias versiones, varios dimes y diretes en los medios. Daboll dijo que durante la entrevista Dan Campbell, se quitó la chaqueta, se arremangó, cogió sillas, mesas, y lo que pilló… lanzándolas, moviéndolas, tropezándose…para ilustrar distintos conceptos ofensivos, esquemas de bloqueo, de carrera, protección de pase, etc. Vamos, que, a la mitad de la entrevista, sudado y jadeante hasta tuvo que parar un segundo para poder continuar con energías renovadas…Nuestro Dan minimizó un poco el suceso, dijo que sí, que cogió algo por aquí y por allá, pero que tampoco era para resoplar como un búfalo y pedir un pequeño avituallamiento en mitad de la etapa…por cierto, el puesto era suyo, por supuesto.


Sparano fue despedido el año siguiente y llegó Joe Philbin. Durante cuatro años Campbell ejerció de tight ends coach, y en este tiempo, se le unieron Zac Taylor, que fue qbs coach. También por ahí apareció un jovencito Ben Johnson, el hoy OC de Campbell en Detroit, siendo el asistente de Taylor, y Mike Sherman para ser el OC, sustituyendo a Daboll. Con Philbin las cosas tampoco es que marcharan muy bien, el típico 8-8 que no sabes si vas o vienes y que, finalmente, en la temporada 2015, tras un desastroso comienzo, 1-3, Philbin fue despedido…y Dan Campbell fue nombrado head coach interino. La primera gran oportunidad.

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Tenemos chico nuevo en la oficina

Intentaré ser breve sobre esta aventura prematura. Resumiend,o se podría decir que Dan Campbell fue Dan Campbell. El responsable de la decisión, Mike Tannenbaum, el vicepresidente ejecutivo de operaciones de football, quería insuflar energías renovadas a un equipo que parecía blando, sin alma, falto de entusiasmo, liderazgo, pasión…sus ojos se centraron en nuestro protagonista, era el candidato ideal.


Dan Campbell, que como dije, aunque no suficientes veces, de tonto no tiene un pelo, sabía muy bien lo que se le pedía, y conocía la metodología para llegar a alcanzar las metas requeridas. Primer entrenamiento y, tras las famosas arengas, primer ejercicio: Oklahoma drill. Para el que no lo sepa, es un ejercicio que generalmente (hay variaciones) realiza un running back, y un OL contra un DL, full contact, a máxima velocidad e intensidad…o pasa o no pasa, cara o cruz, y todo el equipo rodeándoles, en un círculo vicioso, como en los duelos de la trilogía del dólar…todo el esfuerzo en un microsegundo, una simulación muy real del juego en el emparrilado. Hoy este ejercicio está prohibido por la NFL, por cierto. Los jugadores acabaron exhaustos, agotados.


Segundo día: nuevo corrillo. Rookies en medio. Señores, el ejercicio comienza cuando empiecen a luchar por salir. Go! Resultado, jugadores tirados por los suelos, sin resuello, agotados pero felices, riendo. Apenas se podían mover, pero parecía que les gustaba. Así, un día tras otro. Ejercicios y más ejercicios, competencia, lucha, superación, trabajo y más trabajo. Las declaraciones de aquellos días de dichos jugadores, como el center, 4 veces Pro Bowl, Mike Pouncey, por ejemplo, hablan de que el equipo fue una piña y estaba a una con su entrenador. Zac Taylor, OC de Campbell entonces, tomaría buena nota de todos estos ejercicios y, hoy en día, los usa, a su manera, con sus Bengals.

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En una de aquellas jornadas de entrenamientos, un periodista le preguntó si tenía un momento para poder hablar con él…aquel momento se convirtió en 15 minutos hablando ininterrumpidamente sobre su filosofía sobre el football, ya saben, dureza, agallas, trabajo…y 30 sobre su personalidad, de venir de la nada y llegar a la NFL…y donde no se olvidó de hablar de Metallica, su grupo preferido…cientos de personas darán fe que Campbell los saca en cuanto tiene oportunidad para explicar aquel concepto de aquí o acullá. Ese periodista aún recuerda con una sonrisa aquella “chapa”.


Por cierto, Metallica y Dan Campbell tienen una excelencia amistad. En sus redes sociales se han podido ver mensajes del tipo: In Dan, we trust! antes de la final de conferencia contra los 49ers, o una foto de James Hetfield a la puerta del despacho de Dan con un emotivo “Wish yo were here, coach” cundo fueron al Ford Field a tocar y Campbell se encontraba fuera con el equipo.


Volviendo a Miami, las cosas comenzaron bien para el equipo, se consiguieron victorias importantes, pero siguió habiendo altibajos. Tannenbaum dijo que Campbell estuvo a punto de quedarse con el puesto fijo, destacó su inteligencia tras ese físico abrumador, su fiabilidad, constancia y que nació prácticamente siendo head coach, lo llevaba en la sangre. Pero se decidieron finalmente por Adam Gase. Quizás era muy pronto para Dan, puede ser, pero Miami estuvo penando mucho los siguientes años.

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The soothing light

Tras su periplo en South Florida, su mentor, Sean Payton le llamó de nuevo a su lado.  Allí  en New Orleans se juntó de nuevo con Aaron Glen, su hoy DC. Allí como asistente de Payton, además de TE coach, aprendió mucho football, cómo ver el juego, como usar y gestionar tu staff, situational football, cuando ser agresivo, cuándo retroceder (¿seguró?)…le estará eternamente agradecido. Campbelll y Payton sienten un enorme respeto y admiración el uno por el otro. 

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Y ya vamos acabando…en Nola estuvo cinco años hasta que en 2021 le surgió la oportunidad de su vida. Los Lions acabaron completamente rotos y desquiciados tras el paso del régimen Quinntricia (Bob Quinn como GM y Matt Patricia como HC). En Detroit todos querían una nueva era donde la gerencia, el staff y los jugadores fueran a una. La nueva propietaria, la nacida Sheila Firestone Ford (casi nada al aparato) quería dar ese giro a la franquicia inmediatamente. De un plumazo contrató a Campbell (un tal Barry Sanders creo que puso su granito de arena) y a su nuevo GM, Brad Holmes. La secuencia fue tan seguida que poco pudo hacer el segundo para contratar al primero…imagino que, por lo menos, no hablar mal de él y estar de acuerdo con la decisión. Pero la química de este matrimonio de conveniencia funcionó.


Por cierto, la decisión de los Lions fue valiente, no es usual contratar un head coach sin experiencia previa de coordinador. Aparte, sus ruedas de prensa y sus maneras hicieron que cierta prensa lo infravalorara nada más aterrizar. Por último, los buenos resultados no fueron inmediatos, la primera temporada no llegaron, aunque sí se vieron maneras; el equipo en momentos puntuales tuvo mala suerte. El comienzo de la segunda no auguraba un cambio de tendencia, pero la última parte de esa temporada, empezó a dar la razón a los que apostaron por él...y me imagino que no hace falta que recuerde que ocurrió esta última season, verdad?


Sea por el uno, por el otro, por lo bien que se draftea, por lo bien estructurado que está el equipo, par la coherencia, por los fundamentos sólidos de su juego, por su staff, por sus buenos fichajes, por lo que quiera Dios que sea...esta franquicia, como todo el mundo sabe, apunta una y exclusivamente a un objetivo: el Lombardi Trophy. Este año perdió una oportunidad de oro, pero seguro que la derrota habrá servido de lección... Nada ha cambiado, toda la organización va al infierno si hace falta siguiendo a Campbell. Ben Johnson y Aaron Glenn, por ejemplo, pudiendo irse a otros lares como head coaches, prefirieron quedarse en Michigan para acabar el trabajo.


Pocas cosas, creo, quedan ya por decir, solo podría recomendar que le escuchen, que vean sus ya legendarios discursos, hablando de rotulas, del arte del tackling, de las cosas bien hechas, mientras elogia al director de equipamiento, del agradecimiento a su propietaria por confiar en él, de su emoción y pasión en la victoria y en la derrora, de su concepción de la vida y del footbal. Yo me quedo con el día que me dejó hechizado e hipnotizado, el día que todos mis focos quedaron fijos en él, en aquel mítico ya, speech del primer episodio del Hard Knocks de 2022.


Aquella manera de describir el coraje, las agallas, GRIT...rendirse jamás, levantarse siempre, centrarse, no dispersarse, no tener miedo, confiar en el staff, en tus compañeros…aquella metáfora sobre la NFL y las profundidades abisales, donde Moby Dick está a la espera del capitán Ahab. No tenía desperdicio.


Como epílogo de aquel discurso hay que recordarle parafraseando a Metallica. Parecida pero con un gran matiz en relación a la arenga de Máximo, justo antes de la famosa carga de caballería de la batalla que abre Gladiator: “No hay luz al final del túnel. No hay luz. Hay una canción de Metallica, 'No Leaf Clover', que dice: Tío, cuando se trata de la delicada y tranquilizadora luz al final del túnel, es sólo un tren de mercancías que viene hacia ti”. Pura filosofía dura, dura como una roca. Me tenía ganado para la causa.


El próximo 9 de febrero en New Orleans, siempre New Orleans, donde se retiró, donde no pude conseguir su anillo, donde maduró como entrenador...destino final de Fonda y Hopper en pleno Mardi Gras en Easy Rider, que el año que viene cae en plena semana previa de Super Bowl…como decía, en el Caesars Superdome, ese lugar que también conoce, ¿quién sabe?, puede que Jasón obtenga, por fin, el preciado Vellocino de Oro. De Morgan, Texas, al Cielo.

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