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Hasta el infinito y más allá

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El Crepúsculo de los Dioses

Uno tiende a pensar, sobre todo cuando no ha acumulado muchos kilómetros a su espalda, que el presente, lo actual, es y ha sido la costumbre, el canon, desde que el mundo es mundo. Es el discurrir de la vida lo que te da perspectiva, y al volver la vista atrás, ya sabéis, la senda que nunca se ha de volver a pisar te dice que nada permanece, todo cambia. No podemos bañarnos dos veces en el mismo río, ni el río ni el hombre serán los mismos. Y ya puestos en plan cenizo, o poético, habrá que decir que todos los ríos, grandes, o chicos, van a dar con sus huesos…a la mar. Vale, ok, ya me he quedado suficientemente a gusto parafraseando a Machado, Heráclito y Manrique, ya podemos seguir con lo nuestro. A lo que iba: la madurez, te da perspectiva, la perspectiva nostalgia, y la nostalgia, a ser el abuelo Cebolleta. Casi Ley Universal oiga, no falla.

Que por qué cuento esto? os estaréis preguntando lógicamente, pues porque últimamente me viene a la mente la inolvidable Gloria Swanson aferrándose con uñas y dientes a los retazos de mundo que un día dominó, en ese peliculón de cine negro, gótico prácticamente, que es Sunset Boulevard de Billy Wilder. Todo fluye, nada permanece, todo cambia. Cronos derrocó a Urano, a éste, Zeus…y el video a la estrella de la radio. Y hablando de lo que nos gusta, de football, los grandes running backs, que dominaban con mano férrea el emparrillado, ídolos de masas, MVPs, los héroes homéricos que los niños querían ser (no como esos tirillas de los quarterbacks diría entonces alguno) pues bien, mire usted por donde, pueden parecer condenados a la extinción. El ocaso, además, parece haberse acelerado en la última década. Exacto, ahora ya voy encauzando la movida… viendo a Saquon Barkley como epítome del running back, y su fichaje por Philly, me recuerda, sin lo teatral e histriónico claro, sin la capa de maquillaje, sin las ropas suntuosas y aparatosas, sin su chofer a los mandos del Isotta Fraschini, sin la mansión fantasmal…como decía, me recuerda a Norma Desmond persiguiendo un sueño irreal en un mundo que ni la entiende ni la conoce ya. Es una exageración, claro está, pero este movimiento, junto al de Christian McCaffrey a la bahía en 2022, me da la impresión de que son las últimas balas para intentar traer de alguna manera el pasado al presente. Por supuesto, asumiendo la ley de Heráclito, es decir, no se trata de volver al pasado en el DeLorean, no, es intentar encajar los buenos corredores, de alguna manera, en esta NFL, la presente, la actual, la liga masivamente orientada al pase.


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El football como el río de Heráclito

El football es un deporte que no lo conoce ni la madre que lo parió. Tendré tiempo en artículos venideros en profundizar esto. Es un deporte que ha estado evolucionando desde el comienzo de los tiempos hasta el día de hoy, a diferencia de casi todos los demás deportes de equipo. El viejo rugby traído de las islas británicas en la segunda mitad de XIX poco se parecía al football que se jugaba en los años 20, con la inclusión de los downs, los snaps (el propio método de sacar la pelota del center hacia atrás entre las piernas no existía) o el forward pass (con limitaciones al comienzo, y usado sólo en caso de extrema necesidad). Del scrummage, scrum vamos, a la línea de scrimmage. Al principio, incluso todo playcalling o coaching desde la banda estaba prohibido. Pero ese deporte de los 20, sumamente terrestre, poco se parecía al jugado a finales de los 40, que empezaba a levantar la vista del suelo, con sustituciones ilimitadas, two-platoon system, es decir, ataque, defensa (y equipos especiales). Y lo mismo puede decirse de ése, respecto del actual, con normas que se van incluyendo cada año en pro de más espectáculo (juego aéreo) y más seguridad. Y sólo resaltar que detrás de cada norma, hay una evolución estratégica y táctica que intenta sacar el máximo jugo.  Y esto es así porque la base de este deporte, la clave de bóveda, los downs, permiten cocer a fuego lento una jugada…hacen que el football sea una lucha total, estratégicamente hablando.

Las funciones de los backs de una ofensiva, hasta que más o menos se estabilizaron las posiciones en los años 40 y 50, sobre todo debido a la creación de la T formation, no serían muy reconocibles para un espectador moderno. Por ejemplo, en la reina de las formaciones durante décadas, la single wing formation, una formación precursora por ejemplo de la spread offense, visualmente parecida a la shotgun, donde había tailback, fullback, quarterback y wingback, era el tailback lo que hoy sería el quarterback, y el quarterback un simple bloqueador. A lo que iba, la llegada de la T formation asentó las bases del juego que hoy conocemos, pero independientemente de esquemas, la manera más usada y segura de avanzar era por tierra

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Toy Story

Un héroe legendario de esta época sería sin duda el enorme Jim Brown, pero en los años venideros muchísimos corredores siguieron su estela, copando las portadas de los periódicos y revistas y, los corazones de los más pequeños: Franco Harris, Earl Campbell, Walter Payton, Eric Dickerson, Emmitt Smith, Barry Sanders….Los niños querían ser vaqueros, correr libres a caballo por las praderas, rápidos como el viento, fuertes como las rocas,  dicho de otra manera, el muñeco Woody vivía feliz siendo el gallo del corral, el jefe del rancho. Paralelamente a su importancia en el juego y al número de posters en las habitaciones de los pequeños, los contratos, números 1 del draft y MVPs de los corredores iban a la par. Pero nada dura eternamente. Un día cualquiera, en un cumpleaños apareció el juguete del momento: Buzz Lightyear. Tenía botones, luces e incluso hablaba y volaba. El tiempo de los quaterbacks llegaba.  El football miraba al cielo y no a la tierra. La figura del corredor todo terreno, que llevaba él solo el peso del juego de carrera, y por extensión de la ofensiva, se fue apagando. Woody se ha quedado tirado en el suelo hecho un guiñapo mientras que nuestro feliz niño sueña despierto con Buzz que vuela alto...hasta el infinito y más allá.

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Varias realidades sirvieron para abrir los ojos a todo el que quisiera observar. Por ejemplo, en la Super Bowl XXII, el día que Doug Williams y los Redskins arrasaban a los Broncos de Elway, siendo Williams el primer qb negro en llegar, y también en ganar un anillo. Pues bien, Timmy Smith, un perfecto desconocido, jugó aquel día en el backfield de los Redskins consiguiendo un récord aún no superado en un Big Sunday: 204 yardas terrestres. Resulta que en toda su carrera en la NFL, el bueno de Timmy jugó 22 partidos, consiguió la friolera de...redoble de tambores...602 yardas!!.  Todo el mundo se dio cuenta de que no se necesita a un Walter Payton: las circunstancias que rodean al running back, el sistema, los jugadores empleados en él, hace que el juego de carrera sea efectivo. Una década más tarde, Mike Shanahan, head coach de los Broncos de entonces, lo había entendido perfectamente. El sistema sacude el árbol para que el rb recoja las nueces: junto con su OC  Alex Gibbs popularizaron para el juego de carrera el esquema zone blocking, y para ello no necesitaron nunca tener una megaestrella en el backfield. Con Terrell Davis, un sexta ronda que rompió las estadísticas durante cuatro años, consiguieron el ansiado primer Lombardi para la Mile High City, rompiendo una racha de 4 derrotas del equipo y 3 de Elway (que debía pensar el pobre hombre que era gafe), que en ese momento era la persona que más ansiaba ese trofeo en sus vitrinas…quién no recuerda su mítico helicóptero?

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Ya en siglo XXI, la NFL se convirtió ya finalmente en lo que hoy vemos cada domingo: un juego explosivo que rinde pleitesía al pase. Las estadísticas avanzadas corroboraron los resultados ya obtenidos en la práctica, el pase es más eficiente que la carrera, y la rueda siguió girando. Los running backs se hacen pequeños y reemplazables, ya no salen arriba en el draft, no ganan MVPs, no ganan grandes sueldos, no llevan solos el juego ofensivo, ni siquiera el juego de carrera. Es más, siguen apareciendo un montón de ellos en cada hornada, la oferta es incluso mayor que la demanda. Conclusión inexorable: sus sueldos y valor se desploman. Sea o no sea justo. Todavía más: los equipos campeones, los equipos que ganan más son los que más pasan y los que menos porcentaje del salary cap dedican a los rbs. Y más aún, desde Marshawn Lynch, ningún corredor entre los 10 mejor pagados en la posición han ganado una Super Bowl, y desde entonces ninguno de ellos han ganado más de 2M. Todo el mundo parece valorar al qb, a lo que le ayuda y defiende (tackles, ol en general), o a lo que le neutraliza directamente, a él (pass rushers) o a sus pases (cornerbacks). El traspaso de poder de Woody a Buzz Lightyear es una realidad bien asentada.

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Una nueva esperanza

Pero la historia no acaba aquí, realmente lo que quería contar comienza a partir de aquí. Inciso importante: quiero recordar que no se puede pasar realmente sin tener un juego de carrera establecido, de alguna u otra manera este deporte tiene y tendrá siempre estas dos caras. Siempre necesitarás correr, y correr de una manera eficaz. Es inevitable no pararse un segundo y recordar a Sean Connery en La Última Cruzada: "De pronto recordé lo que dijo Carlomagno: Que mis ejércitos sean las rocas, y los árboles, y los pájaros del cielo"...qué genios se perdió el football!!... Vale, continúo: en esto Kyle Shanahan, de tal palo tal astilla, recoge los principios del padre y aún los desarrolla más, mediada la temporada 2022 se da cuenta que con ese sistema no le da tampoco para tocar metal. Mente ofensiva donde las haya, su sistema es reconocible por todos: play action, motions, outside zone blocking, jet sweeps, jugadores polivalentes, etc etc, etc…pero que siempre se queda ahí, a una pulgada. Entonces va y hace algo diferente que puede empezar a cambiar las cosas: ficha a un rb de campanillas que, por lesiones, por lo que le rodea, porque la abuela fuma, parece que comienza su inevitable cuesta abajo a una edad en la que el resto de jugadores en otras posiciones aún ni han llegado a su prime…hablo obviamente de Christian McCaffrey. El equipo, e incluso él mismo, eleva sus prestaciones al máximo. Este año para mí debió de ser el MVP de la liga, y se quedó a un palmo del anillo. Entonces una pregunta: realmente tener un corredor estelar importa?

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Para poder responder llegamos por fin a Saquon Barkley. Y comienzo gallego con otra pregunta: quién en este mundo no se enamora de un jugador como éste? Corredor explosivo, rapidísimo, eléctrico, grande para el estándar actual, potente, bueno con las manos, dificilísimo de derribar, circense en ocasiones, ágil, su carrera me recuerda al guepardo persiguiendo a una gacela, sus cambios de velocidad y de dirección hace que un estadio al unísono se quede con la boca abierta. Aún recuerdo la primera vez que lo vi con Penn State, y cualquiera se da cuenta que genera sensaciones antiguas, primarias: todo el mundo querría seguir la estela que desprende su vértigo, querría seguirlo hasta al mismísimo infierno, hasta el Hades, gritando como un poseso. Un héroe al que todo niño quiere parecerse…además es un modelo para su comunidad, con espíritu de sacrifico, trabajador al máximo, vamos, el perfecto yerno.

Pues bien, cuando los Giants lo eligieron en 2018 con el pick número 2, sacudieron los cimientos de la liga. Desde Reggie Bush no se veía nada igual. Como decía, elegir un rb tan alto era y es todo un riesgo, últimamente no suele salir nada bien. Y es que, a pesar de que Barkley es buenísimo, un rb no puede hacer por arte de magia que un equipo de football funcione: necesita un mínimo a su alrededor, es la guida no el pastel, no se puede empezar la casa por el tejado. NY desde hace muchos años es un puro despropósito. El no tener una ol de garantía, ni un qb decente, ni prácticamente nadie del que la defensa pueda preocuparse, hizo que todo dependiera del bueno de Saquon. Su temporada rookie fue estelar, siendo el rookie ofensivo del año, su segundo año mantuvo el tipo, pero empezaron a llegar las lesiones, no se puede sacar la capa de Superman en cada partido. La temporada pasada, 2022, con todo en contra, pero sano, pareció volver la mejor versión de Barkley, pero los Giants no quisieron hacerle un contrato largo. Realmente le y se hicieron un favor. Un jarrón chino de la dinastía Ming en la vitrina del salón poco puede alimentar a una familia que se muere de hambre. Finalmente, esta temporada recién finalizada también se volvió a lesionar, pero se recuperó rápidamente y completó una temporada bien digna. No hubo noticia de los Giants, Saquon Barkley se fue a la agencia libre, y los grandes rivales de NY se lo llevaron: los Philadelphia Eagles de Nick Sirianni, que se encuentran en situación parecida a la de los 49ers con McCaffrey.

Es curioso, el niño nacido en el Bronx, cuya familia buscándose humildemente las habichuelas llevó de pequeño a Pennsylvania, donde encontró su destino, para volver a su ciudad natal vestido de héroe, donde quiso quedarse hasta su retiro...por fin volvía al estado que deportivamente lo vio nacer y, donde muchos quieren que encuentre lo que realmente anda buscando: un legado a la altura del jugador que es.

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La victoria de Norma Desmond?

Para los Eagles y su GM, Howie Roseman también es un cambio de paradigma. Philly en estos años siempre han estado a la cola de los equipos en lo que a porcentaje de dinero usado para corredores se refiere. Además, bajo su HC Sirianni, siempre se solía utilizar comité, aparte de que Jalen Hurts es un dual threat qb de manual, de los que tanto gustan por allí. Pero mi opinión es que Barkley, a pesar de no ser el típico corredor usado por Philly, le va como anillo al dedo: cuentan con una ol estelar a pesar del retiro de Jason Kelce, que seguro que medio en broma medio en serio, se planteó volver para un última baile, dos receptores de lujo: AJ Brown y DeVonta Smith, que ahora verán que las defensas tendrán que vigilar la caja con mucho más empeño, ya que cuentan con un rb que llevará el peso terrestre del juego, que puede aparecer en cada snap, que puede generar jugadas explosivas…aparte de eso puede ayudar a contrarrestar los blitz de la defensa rival, problemón enorme al que los Eagles no supieron enfrentarse el año pasado, bien bloqueando, que lo sabe hacer muy bien, bien siendo una solución rápida de seguridad, porque tiene buenas manos....es decir, corre, bloquea y recibe, un rb polivalente, la receta para triunfar en la actual NFL. Puede salirle bien la apuesta a los Eagles de Sirianni, y de su nuevo OC, Kellen Moore, cuyo estilo puede recordar al de Shanahan en algunas cosas, tras un año nada bueno de ambos, pero que en el pasado supieron sacar lo mejor de sus respectivos equipos, y en concreto, de su ataque terrestre...aunque con mimbres diferentes de los que te proporciona Saquon Barkley.

Parece que la vieja artista de cine mudo ha encontrado su papel, vuelve por sus fueros a un mundo distinto que la había olvidado, pero que sabrá enamorarse de nuevo de ella. Así es, jugadores como McCaffrey y Barkley, en el sitio adecuado, pueden devolver a los running backs al sitio que perdieron hace tiempo: el del juguete preferido del niño, es decir, a su lado en la cama, el del poster en frente de la misma, para verlo nada más despertar y abrir los ojos…en definitiva, llevarlos de nuevo al corazón de todos los viejos aficionados al football, que nunca dejaron de ser ese niño que sueña con carreras de caballos desbocados por las praderas del Viejo y Salvaje Oeste, hasta el infinito y más allá,

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