El Gatopardo
- tbradgarner
- 7 abr 2024
- 9 Min. de lectura
El origen de las especies
Las reglas que la NFL ha ido estableciendo y puliendo a lo largo de los años han diseñado un entorno que le hubiera encantado a ese naturalista, hoy entrañable y querido, llamado Charles Darwin, ratificando la idea de la selección natural de las especies de cabo a rabo. Los recursos limitados y la constante competencia que provocan el salary cap, le free agency, el draft, etc, hacen del football un entorno cambiante y extremo en el que sólo los más fuertes consiguen sobrevivir. Eso sí, en este caso, la extinción sólo se da entre los individuos (jugadores, entrenadores, etc) porque las especies (franquicias) cuentan con el truco de que en este ambiente sintético y artificial nunca se extinguen. Dicho de otra manera, tienes monedas ilimitadas para volver a empezar la partida. Y por el momento no parece que este bello ecosistema peligre, más bien al contrario, porque su objetivo, al fin y al cabo, es el éxito económico mediante la provisión de cantidades ingentes de espectáculo, garantizados por la más fiera y equilibrada de las competiciones. Los antiguos romanos se hubieran sentido orgullosos, y en caso de haber prevalecido, no sólo sus ideas, edificios y un larguísimo etcetera, sino su propio régimen, y haber evolucionado junto con la corriente histórica, a una economía de mercado como la actual, no les quepa duda, que esta liga la hubieran inventado ellos hace mucho, mucho tiempo. Incluso un Charles Darwin hubiera aparecido mucho antes, no lo duden. En fin, es el momento, ya sé que es muy obvio, pero no me puedo resistir más (lo hice unas líneas antes)…qué han hecho los Romanos por nosotros?
Pues bien, en todo esto me dio por pensar en cuanto me enteré de la noticia bomba esta semana en la NFL: el fichaje por parte de los Texans del wide receiver estrella de los Bills Stefon Diggs (seis temporadas seguidas por encima de 1000 yardas, 4 veces seguidas Pro Bowl y lo que te rondaré morena). De manera inconsciente pensé en el Gatopardo, ese felino como el leopardo, pero en pequeño, de movimientos sinuosos, discretos, sigilosos, sensuales incluso… cuya metáfora fue tan bien usada por Lampedusa en su libro, y tan bien llevada al cine por Visconti. El mundo cambia, evoluciona, y los más fuertes lo entenderán y, se subirán a la ola…o perecerán…iba más allá, por supuesto, la alta aristocracia, los poderosos, cambiándolo todo, para que para ellos no cambiara nada…bueno, en cierta manera, otra manera de ver la selección natural de Darwin. Desde luego, puede que los movimientos de un receptor me recuerden a los felinos, o quizás haya un sustrato más profundo, más subconsciente…qué se yo!! Como decía, al principio uno se sorprende con la noticia (aunque alguna mente preclara ya lo había anunciado), va a las cifras del propio trade y se asombra: los Bills dan a Texans una estrella por una segunda ronda de 2025 (vía Vikes, importante como comentaré) y se comen 31millones de dead cap (4 millones más contra el cap hit de haberlo mantenido en plantilla incluso, siendo la sexta mayor cantidad en la historia, y la mayor por un jugador no qb, en fin, una pasada, verdad?
El camino de los Texans
Involuntariamente cualquiera puede opinar, y con razón al fin y al cabo, que Houston está haciendo lo correcto: rodea a su brillante quarterback, CJ Stroud, offensive rookie of the year, con un arma de detrucción masiva, con un talento de la liga, aunque vaya a cumplir 31 años en noviembre…y lo une a una ofensiva que cuenta con unos muy buenos wrs como Nico Collins y el sorprendente rookie Tank Dell, con el te Dalton Shultz y el veterano Joe Mixon, el rb de Cincinnati fichado hace unas semanas. En esta agencia libre han apuntalado la defensa (DeMeco Ryans sabe algo del tema y tal) trayendo a los de Danielle Hunter y Denico Autry, para potenciar el pass rush, o al lb Azeez Al-Shaair, que ya estuvo a las órdenes de Ryans en SF. A lo que vamos, que me enrollo como las persianas, Houston y Ryans tienen un plan, y parece convincente, brillante, sobresaliente diría. El techo es difícil de ver, ya que da un porco vértigo pronosticar algo en la AFC, pero los Texans vienen de una brillante temporada llegando hasta la divisional….cierta es la máxima que dice que es más complicado mantenerse que llegar, pero han llegado…y parece que quieren permanecer en la élite…póngales ustedes la etiqueta que quieran, que a mí me da la risa. Por cierto, al final los Texans han restructurado el contrato de Stefon Diggs, dándole 22,5 kilos este año, pero quitando los tres años siguiente, convirtiéndolo en agente libre el año que viene. Houston no ha ido a tumba abierta como pudiera pensarse, han actuado como el tiburón, mordiendo antes para probar la presa. En la NFL, tanto en el juego como en los despachos, nada es lo que parece. Y Diggs, un hombre competitivo donde los haya, por el camino, pues se ha llevado calentito el dinero este año, y puede que el que viene también.
El camino de los Bills
Pero si hay algo que me ha hecho pensar, no es el futuro de Diggs ni de los Texans, a pesar de que el artículo está motivado por su trade. Cosas veredes, Sancho, que non crederes…creo que todo el mundo hemos vuelto la mirada a los Bills. Esa franquicia que, salvo sus rivales divisionales, por supuesto, todo el mundo quiere: cómo no te va a caer bien un equipo que llegó 4 veces seguidas al Big Game, con el qb Jim Kelly a la cabeza, perdiéndolas todas!!. Incluso de manera trágica la primera de ellas, contra los Giants de Parcells y Belichick, que siempre será recordada por el field goal que se fue wide right del pobre Scott Norwood en el último suspiro, y por la inconmensurable Whitney Houston cantando el Star-Spangled Banner en la época de la primera Guerra de Irak, de una manera tal, que cambiaría para siempre la manera de interpretarlo.
A lo que iba, los Bills hoy en día, son un Juggernaut, nadie lo duda, tiene un quarterback franquicia que será histórico, uno que, por cierto, al principio, parecía tener más sombras que luces, y que al final evolucionó más que favorablemente, tanto por sus aptitudes, como por la manera en la que Buffalo le rodeó con un cuerpo técnico a la altura, una gran defensa, y un ataque con estrellas (básicamente el punto en el que está Houston) Pues bien, volvamos a este microcosmos con recursos limitados y alta competencia que es la mejor liga de todas. A Josh Allen había que darle dinero, y se le dio justamente. Ese dinero cada vez pesa más contra el salary cap (30M en 2024, el que viene 60!!...tendrán que reestructurar sí o sí) y este año las cosas se han puesto enormemente complicadas para los de One Bills Drive, pero complicadas de verdad de la buena (y eso que el salary cap de la liga creció 30M este año, 10M over expected…como éste sale de los ingresos se puede deducir que la NFL es una máquina de hacer dinero, Goodell a pesar de los abucheos, es un big fish) y por ese lado pueden explicarse algunas cosas de esta offseason en Buffalo. No solo Diggs, antes que él, los Bills se han desprendido de muchos jugadores veteranos tanto en defensa: Jordan Poyer, Tre’Davious White, Leonard Floyd, etc, como en ataque, siendo aquí, especialmente críticas: el center Morse y el compañero de Steffon Diggs, Gabe Davis, que se fue a Jacksonville a intentar facilitarle la vida a Trevor Lawrence, dejando la nómina de receptores en chasis.
Volvamos entonces al movimiento de Diggs. Recordad, se comen 31M contra el cap este año, mientras éste está en Houston pensando que se pondrá en órbita con Stroud y los Texans. Pero cuando una franquicia te quiere lejos ocupando esa morterada en el cap, algo tiene que estar ocurriendo. Durante esta offseason el GM de los Bills, Brandon Beane, digamos que dejaba claro que su wr1 seguía siendo Diggs, que confiaban plenamente en él…muchos insiders corroboraban esto…aunque había voces que desde hace tiempo hablaban exactamente de lo contrario. Diggs es un enorme talento, nadie lo duda, ahí están sus estadísticas y logros ya comentados, es un animal competitivo, un felino. Pero hay varios peros. El primero y notorio: Diggs, digamoslo así, es en román paladino, un tocapelotas. Quiere ganar, quiere los focos, y si no le gusta algo, lo demuestra de manera notoria. Sonadas fueron sus gritos contra Allen en la derrota contra los Bengals en la Divisional del año pasado, su espantada del estadio, los comentarios sobre él de algunos trabajadores de los Bills, etc. No ha dejado pasar la ocasión en redes sociales, junto a su hermano, el corner de Dallas Trevon Diggs, de calentar el ambiente, siendo directo, críptico, etc, según les diera...y los tiros parecían ir casi siempre contra Allen o McDermott. Esto puede pesar y mucho en las decisiones de una franquicia, siempre y cuando miremos al segundo gran pero: su rendimiento. Nadie pone en duda la calidad de Diggs, repito, pero algo ha pasado en los últimos tiempos. Hay momentos álgidos como al comienzo de 2023…pero hay un punto a mitad de esta temporada, con 5-5 tras la derrota contra Broncos, en el que que parece que una corriente profunda empezó a moverse. Los Bills cambian al OC: Joe Brady reemplaza a Ken Dorsey. Empiezan a usar menos a Stefon, ven que el juego vertical, profundo, aéreo de los Bills, no parece llevar a ninguna parte…se basan más en el juego terrestre, en las carreras de Allen, y se apoya más en el rb James Cook, el joven wr Khalil Shakir y en el rookie te Dalton Kincaid…y la cosa empieza a funcionar….de 5-5 a 6-1 en los siguientes partidos, consiguiendo el boleto a los playoffs.
Y aquí viene la prueba del algodón de Buffalo, es un noble de la liga, pero tiene una piedra en el zapato, los KC Chiefs y Mahomes. Tres de los cuatro años de Diggs en Buffalo les echaron de la carrera por el anillo (la otra fueron los Bengals de Burrow como comenté). Hagan lo que hagan los Bills, siempre su techo parece ser ese, hay un bicho, sólo uno, eso sí, que siempre es mejor que ellos, y no parece haber solución. Este año también. Icónica fue la imagen de la bomba de Allen en cuarto cuarto hacia Diggs (esta vez no se puede quejar de no buscarle) que se le cayó entre las manos. Juntando todo esto, uno se pone en la mente de Brandon Beane, y se le pasa por la cabeza que llegada la mitad de temporada, pensara que necesitaban probarse sin la figura estelar pero controvertida de su receptor estrella. Necesitaban otra cosa para batir a los Mahomes, Burrow, etc, que rondan la sabana de la AFC, para batir a los verdaderos monarcas, los Chiefs, que son el Gatopardo (y el león simultáneamente), cambian todo, para que nada cambie, y los Bills se quedan a un paso evolutivo, a una pulgada del éxito.
Al final, el 2024 no pinta bien para ellos, tienen un cuerpo de receptores que mete miedo por la cabeza, pero hay una buena camada de ellos en este draft (Marvin Harrison Jr, hijo de Marvin Harrison… exacto!, el receptor de Manning en los Colts…Nabers, Odunze, casi imposibles, saldrán muy arriba…Brian Thomas Jr, Adonai Mitchel, etc), tiene bastantes picks, pero muy bajos, quizás sumándolos, puedan subir y conseguir un talento generacional, o quizás prefieran acumular boletos y probar suerte con jugadores no tan famosos…pero algo tendrán que hacer, aunque a lo mejor este año es una mini transición, un pequeño paso atrás, para dar un salto muy grande el que viene. Es decir, al no tener a Diggs, sí que libera cap para 2025, y esa segunda ronda de Houston, que es vía Minnesota, recuerda un poco, salvando las distancia, al pick de Carolina para Chicago. Los Vikings este año, sin Cousins, con Darnold a los mandos, o con el probable rookie del draft, pueden quedar bastante abajo, y ser un pick muy alto de la segunda ronda el año que viene.
El Gatopardo
Resumiendo: a un felino como Diggs, al verdero rey de la selva, los Chiefs, pasando por el eterno aspirante, Josh Allen y los Bills, se le puede aplicar la ley de la selección natural. El arte de prever lo que será, de adelantarse a los demás, de evolucionar hacia algo mejor antes que el resto, es el camino a la victoria en el football, en los negocios, y en la vida…como muy acertadamente razonó nuestro joven Darwin en aquel viaje en el Beagle, mientras observaba los picos de los pinzones en las Galápagos…o como aquellos aristócratas, burgueses, o arribistas en general, que se sumaban a los tiempos revolucionarios de Garibaldi en la época de la reunificación italiana, a pesar de no creer en ninguno de los ideales, que puede que sólo sean la fachada de todo cambio, o no-cambio. Por el camino, los viejos leones caerán, unos ciegos, otros conscientes de todo…quién no se emociona recordando a ese elegante y majestuoso Burt Lancaster como el príncipe Fabrizio?, o qué coño!!, el eterno Marlon Brandon como Vito Corleone?…lo decadente puede ser muy bello, si hay un verdadero poso en el fondo…esto hace que uno ame a esos derrotados, a esos caídos, a esos antihéroes, pero honorables, porque a veces tampoco todo vale, y sigamos queriendo ver la gabardina y el sombrero de Humphrey Bogart, tras perder a Ingrid Bergman, presintiendo el comienzo de una hermosa amistad con Claude Rains, o a esos Bills de los 90, que llegaron una y otra vez a la orilla, para morir irremediablemente en ella.

















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